Gijón es ciudad amiga de los actos solidarios y el ejemplo más reciente lleva la firma de los padres Carmelitas, que con su mercadillo navideño colaboran desde hace años en un proyecto en las ciudades ecuatorianas de Guayaquil y Sucumbíos -una zona selvática del país especialmente pobre- destinado a niños provenientes de familias desestructuradas o de escasos recursos económicos. La colaboración de los feligreses de la parroquia de Nuestra Señora de Begoña permite la donación de unos ocho mil euros anuales a esta iniciativa que lidera desde hace varias décadas el sacerdote zamorano Pedro Luis Rodríguez. "Todo lo que se recauda es para un fin muy bueno; sabemos a dónde va el dinero y en qué se emplea, que es en beneficiar a esos niños que tanto lo necesitan", describe el carmelita Fidel Gil, párroco del templo de la avenida de La Costa.

El proyecto solidario con el que colabora la parroquia gijonesa está dirigido a los más necesitados, especialmente, "a los niños de la calle, con problemas en sus familias" a los que "se les da alimentación todos los días, una educación integral cultural y religiosa en la que se les ayuda con deberes y tareas" y en la que también se organizan momentos de ocio para que los pequeños "tengan un lugar de encuentro y de juegos", explica Fidel Gil. Un ejemplo de la parte lúdica son las actividades en verano, donde se programan "campamentos y excursiones a zonas de playa, porque muchos de los niños de ahí nunca han visto el mar", asegura el párroco de Nuestro Señora de Begoña.

"Oportunidad de futuro"

Estos dos centros, conocidos como Casa de los Niños Santa Teresita de Guayaquil y Sucumbíos, son solo una parte del proyecto de los Carmelitas, que colaboran directamente con hasta nueve lugares de este tipo por toda Latinoamérica gracias al padre Pedro Luis Rodríguez. En el caso de las dos casas de Ecuador, atienden a unos setenta niños y niñas en cada uno de los centros a los que se les da "una oportunidad de futuro". "El padre Pedro Luis lleva atendiendo a estos niños, fundando este tipo de casas en las que los parroquianos de Gijón llevan colaborando dos décadas; desde que nos propusieron colaborar todos se han volcado con esta misión", confirma Fidel Gil.

El mercadillo de este año en Gijón contó con una amplia oferta de productos, donados por feligreses habituales y comerciantes próximos a la parroquia, como pastas y dulces de las madres carmelitas descalzas, productos artesanía provenientes de la misión diocesana de Benín, manualidades provenientes del taller ocupacional de la Cocina Económica y otros artículos útiles y decorativos.

"Este año ha sido algo más flojo que otras veces, pero estamos contentos también con el resultado; lo poco o mucho que hacemos en la parroquia por el proyecto de Ecuador es siembre bienvenido; lo que busca este proyecto es ayudar a dignificar la vida de esas personas", confiesa el sacerdote, que anima a sus feligreses en cada homilía a seguir colaborando con esta iniciativa con los niños más desfavorecidos de Guayaquil y Sucumbíos. Ahora, tras las Navidades, desde los Carmelitas comienzan ya a idear qué más pueden hacer este año para contribuir a la causa.