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El viento obliga a sacar de la ampliación del Musel un barco y levanta una polvareda

Rachas de 70 kilómetros por hora originan una nueva nube de carbón en dirección a la ciudad, aunque el Puerto niega que sobrepasara los muelles

El viento rompe los cabos de un barco en Gijón y le obliga a bandonar la ampliación de El Musel

El viento rompe los cabos de un barco en Gijón y le obliga a bandonar la ampliación de El Musel

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El viento rompe los cabos de un barco en Gijón y le obliga a bandonar la ampliación de El Musel M. C.

El "Feng de Hai", un granelero de 199,9 metros de eslora, se vio forzado ayer a abandonar la ampliación de El Musel, donde se encontraba para empezar a cargar 44.000 toneladas de carbón. El barco había llegado el día anterior en lastre desde Ferrol. Al estar descargado, su mayor altura sobre el nivel del agua se tradujo en un efecto vela, que lo empujó hasta acabar rompiendo todos los cabos, hacia las dos de la tarde. El buque quedó en medio de la dársena y fue sacado del Puerto en una complicada maniobra tras recibir la asistencia de un práctico y con el apoyo de dos remolcadores situados a proa y a popa, respectivamente.

Cuando se produjo el percance, en el Muelle Norte soplaban ráfagas de viento que llegaron a sobrepasar los 60 nudos (111 kilómetros por hora). El viento rompió inicialmente las estachas de proa del barco "como si fueran cordones de zapatos", explican las fuentes consultadas. El buque comenzó a bornear sobre los cabos de proa hasta que estos últimos también cedieron y el viento lo arrastró hasta mitad de la dársena. Además de pedir el auxilio de los prácticos y los remolcadores, el capitán del barco llegó a echar al agua el ancla de estribor, hecho que ralentizó la maniobra posterior para poner a salvo al buque, sacándolo a mar abierto para evitar que acabara chocando contra las escolleras que protegen parte de los diques interiores de la ampliación. La maniobra se prolongó por espacio de media hora.

El barco permanecía ayer en alta mar, a unas doce millas de la costa, a la espera de que las condiciones meteorológicas permitieran su retorno a El Musel para reanudar la carga de la mercancía con seguridad.

El de ayer no es el primer incidente de operatividad en la ampliación de El Musel en condiciones climatológicas adversas. En 2013 ya fue necesaria la intervención de remolcadores para evitar que otro temporal arrancara del muelle al "Cape Baltic", un granelero de 289 metros de eslora que días antes se había llevado hasta el Muelle Norte para realizar las primeras reparaciones, después de que sufriera un accidente mientras estaba fondeado frente al Dique Norte esperando a entrar al Puerto.

El vendaval que se produjo al filo de las dos de la tarde también provocó un percance, de otro tipo, en otra parte de El Musel. Durante diez minutos se levantó continuamente polvo, en una nube de carbón que los vecinos de Portuarios aseguran que se desplazó en dirección al casco urbano. Este último punto fue negado ayer por la dirección de la Autoridad Portuaria, que señaló al respecto que "vientos de más de 70 kilómetros por hora de dirección oeste-noroeste originaron durante aproximadamente 10 minutos, una nube de polvo proveniente de viales que, en ningún momento, sobrepasó los cantiles de los muelles". Esto es, según el Puerto ese carbón que se llevó el viento no llegó a caer al agua.

La actividad granelera en el Musel es uno de los probables orígenes del carbón que aparece periódicamente sobre la playa de San Lorenzo, del que se han encontrado más variedades de ese mineral que las cuatro que portaba el buque "Castillo de Salas", que encalló frente al cerro de Santa Catalina en 1986.

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