La promotora vasca Maceribe, que tiene un derecho de adquisición preferente sobre las parcelas de la Ería del Piles, ha presentado una oferta para adquirirlas por los 3,1 millones de euros en los que las ha valorado el administrador concursal de Astur Promotora Urbana 2004, sociedad en liquidación a la que pertenecen los terrenos. La operación aún no está cerrada, dado que la empresa exige garantías de que los terrenos se le entregarán libres de cargas. Maceribe no quiere sorpresas con los 30,98 millones de euros de cargas hipotecarias a favor del Sareb y de un fondo soberano de Canadá.
El plan de liquidación de Astur Promotora ya preveía la enajenación de esas parcelas libres de cargas. El administrador concursal, Leopoldo López Máñez, había emplazado a Maceribe para que fijara día y hora en una notaría, con límite del pasado 31 de diciembre, para formalizar la venta de los terrenos. La promotora vasca no lo hizo, sino que envió al filo del vencimiento del plazo, un burofax a López Máñez mostrando su disposición a comprar los terrenos en los 3,1 millones de euros señalados, pero exigiendo garantías de que los mismos estarán libres de cargas.
La propuesta de Maceribe llega después de que se hubiera cerrado con anterioridad otro periodo abierto para recibir ofertas de cualquier postor, sin que se presentase ninguna. En cualquier caso, la firma vasca habría podido ejercer el derecho de tanteo, que le fue concedido por haber aportado los 93.000 euros necesarios para que en 2017 Astur Promotora pudiera depositar como fianza en el Ayuntamiento para la aprobación definitiva del PERI 100.
Largo conflicto
La propuesta de Maceribe será notificada previsiblemente a los acreedores de Astur Promotora, que podrán alegar contra la misma. Las hipotecas que en su día se constituyeron sobre esos terrenos fueron prestadas por Liberbank y el Banco Sabadell. La del primero acabó endosándose al banco malo, al Sareb, y la del segundo fue adquirida, junto con otros activos, por el Canadá Pension Plan Investment Board, un fondo de pensiones soberano de Canadá.
El posible desarrollo urbanístico de estas parcelas no sólo depende de que las mismas pasen a manos de un promotor. Los vecinos de los chalés que hay en la zona mantienen un largo conflicto, con sucesivos litigios, para evitar que frente a sus casas se levante un complejo comercial y de ocio. Actualmente mantienen contenciosos con el Ayuntamiento de Gijón por la previsión urbanística para esos terrenos limítrofes con el paseo marítimo.
