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De viaje con Jovellanos: Tercera expedición de minas (II)

La subida al monte del Carbayín

El ilustrado se detiene en los pozos de Mosquitera y Pumarabule, - otrora fuente de actividad laboral y de "excelente carbón"

El palacio de los Vigil de Quiñones en Aramil, Siero, donde vivió el hermano de Jovellanos.

En el anterior articulo veíamos cómo Jovellanos nos explicaba de un modo magistral y cercano el proceso de cultivo y recolección del maíz. Pero su expedición seguía y se encontraba en Valdesoto, y es necesario indicar aquí, que en la población sierense, se alojaba en el llamado palacio de Valdesoto. Desde el siglo XVII se documenta la existencia de un solar perteneciente a la familia Carreño en este lugar donde se ubica dicho palacio.

Jovellanos estaba directamente emparentado con esta familia ya que su abuela paterna fue Serafina Antonia de Carreño y Estrada Peón, y ésta casó con Andrés Francisco de Jovellanos y Jove de Huergo, abuelo paterno de nuestro viajero. Serafina era hija de Francisco Carreño Estrada, juez noble en 1686 y fallecido en Valdesoto en 1700. Es más, el padre de Jovellanos, hijo de Andrés y Serafina, era Francisco Gregorio de Jovellanos y Carreño y también nació en Valdesoto el 25 de octubre de 1706. Sin duda el apellido Carreño está muy ligado a la historia de este palacio del concejo de Siero. Actualmente se denomina palacio del marqués de Canillejas, porque el diputado a Cortes y senador Manuel Vereterra Lombán hereda el palacio siendo él viudo desde 1909 de Isabel Armada Fernández, marquesa de Canillejas.

En esta fase de principios del siglo XX el edificio tuvo una época de esplendor con visitas ilustres, entre las que se cuentan la del Rey Alfonso XIII. Es imponente aun hoy el aspecto de las murallas que lo circundan y los hermosos jardines, con 70.000 metros, que lo rodean. En la actualidad es un famoso local dedicado a eventos. Yendo por la SI-8 se pasa por delante y en esa zona todavía se ven carteles que indican el inicio de la llamada "Ruta minera de Jovellanos" para amantes del senderismo y que quieran emular a nuestro viajero.

El jueves día 21 de octubre de 1790 Jovellanos escribe en su diario lo siguiente: "Salida de mañana; subida al monte del Carbayín; toda la pendiente expuesta al norte; abundancia increíble de minas abiertas en él. Vimos la mina de la Riega del Coplu, colocada su veta verticalmente; cinco cuartas de ancho; costeros de peña; algo echada sobre poniente. Se trabaja con cincuenta varas dentro; siguiendo la dirección al sur, vuelta a poniente. Excelente carbón; en el fondo había una cámara como de dos varas de ancho. Un mozo saca el carbón en un cesto, le va llevando al carro, luego se calcula el peso a ojo, y se cobra por cada arroba un cuarto; así que suelen llevar una peseta por un carro tirado de dos bueyes, y seis reales por otro tirado de seis, pues se regulan los primeros de 32 a 36 arrobas, y los segundos de 50 a 54."

Qué interesante información nos ofrece don Gaspar en este párrafo, ya que subiendo desde Valdesoto llega a la zona de Carbayín, zona limítrofe entre los concejos de Siero y Langreo, donde durante tantos años pozos como Mosquitera o Pumarabule fueron fuente de actividad laboral. No se equivocaba mucho nuestro ilustre viajero cuando hablaba de la presencia de carbón "excelente" en este entorno. Muy ilustrativo imaginar lo que Jovellanos narra con respecto a precios del carbón y los rudimentarios medios de extracción que existían en aquel momento. Sin duda Jovellanos solo ve posible extraer carbón si se profesionaliza el sector con trabajadores bien formados y preparados y con sistemas de comunicación que hagan rentable su comercio. Esto es la base de su proyecto mas amado, el Real Instituto de Náutica y Mineralogía.

Escribe a continuación : "Salida a las ocho dadas, el jueves 21, a buscar el monte del Carbayín, perteneciente a la parroquia de Valdesoto; abundancia de minas en la ladera expuesta al norte. Mina de la Riega del Coplu. Dos trabajadores (Pepe Casomera y su hermano, y otro llamado el Cotín) en ella, a la profundidad de cuarenta a cincuenta varas, sin un solo puntal. Otra que llaman del Soldado (mote), que está en la Riega del Carbayín, castañedo de Alfonsón. Mina grande en el mismo monte (castañedo de Pachín de Argüelles), trabajada antes por los ingleses, hoy cegada. Horno para ensayos, pequeño, muy rebajado sin respiradero, con boca en arco".

"Minería de paisanos"

El Ilustrado prosigue en su diario: "se trajeron muestras de carbón y de coque, esto es, crudo y desazufrado. Monte de la Cruz, en la misma parroquia; vertientes al norte; se ve el sitio de la parroquia de Feleches, donde se hallan cuatro minas grandes; siguiendo la misma falda, en la parroquia de Lieres está la mina grande del monte de Lieres, a un tiro de fusil del Plantío Real, beneficiada según arte por los ingleses; nueve varas de ancho; está en la primera cueva o galería, a treinta varas en lo interior; baja primero, sigue luego horizontalmente, y al fin sube, volviendo sobre la derecha. Corren hoy los trabajos a cargo de este Policarpo Fernández, por estar ausente el inglés. Su hermano es también instruido. Trabajan hoy tres cavadores a cinco reales de jornal. Policarpo tiene ocho; el inglés, veinte. Han enviado a Gijón mil quintales; han vendido para caleros ciento cincuenta; van gastados seis mil y tantos. Camino por Pangrán y Ruedes, distantes del puerto cinco leguas. Hoy toman ya el camino de La Rodriguera, incorporándose en el camino de las otras minas en La Barrera. El carbón excelente, pero blando; se deshace fácilmente al aire, y queda sólo de uso para caleros; pero se sacan grandes témpanos, y es también extraíble."

Uno no puede dejar de asombrarse leyendo la profundidad de los conocimientos que Jovellanos demuestra en estos textos. Escribe con conocimiento de causa porque, por donde pasa, observa minuciosamente todo, y nada queda al azar. Datos económicos, geográficos, paisajísticos, mineros, personales, todo se aúna en pos de obtener información para luego desarrollar ideas y planteamientos que mejorasen la explotación del carbón en Asturias. Es evidente, leyendo estos párrafos, que la minería en aquel momento era de aquella denominada de "paisanos", es decir, pequeños propietarios que obtenían el mineral rudimentariamente y con nulas medidas de seguridad, así lo ve Jovellanos cuando habla de la inexistencia de puntales y entibación, cuando van avanzando las galerías.

Las minas más importantes que visita don Gaspar aquel día, son las que aun hoy se pueden ver siguiendo la mencionada ruta minera de Jovellanos, la mina del Toral, en Feleches y la de Solvay que sería la que define como 'la mina grande del monte', en Lieres. Es muy evocador pasar por esos caminos que nuestro viajero hizo a finales del siglo XVIII, paisaje e historia unidos.

Aquel día llega a comer en Aramil y dice: "Comimos en Aramil, en casa del primo D. Sebastián Vigil Jove Ramírez."

Debemos decir aquí que come en el palacio de Aramil, donde la torre, lo más antiguo del conjunto, data del siglo XVI, cuando Juan de Vigil crea el mayorazgo de Vigil, evitando que las riquezas de la familia no se disgregasen. De hecho, el palacio fue posesión de la familia Vigil de Quiñones. Su primo aquí mencionado, está emparentado con él por vía materna, ya que Sebastián Vigil era hijo de José Clemente Vigil de la Rúa, señor de Aramil y de Josefa Brígida Ramírez de Jove y Miranda, que era hija a su vez de Carlos Miguel Ramírez de Jove, padre de la madre de don Gaspar y primer marqués de San Esteban. El palacio está hoy totalmente cerrado, aunque en los últimos años hubo algún intento de usarlo, pero sin éxito, con fines hosteleros. Su aspecto actual, por desgracia, es de abandono.

El viernes 22 saldrá camino de la zona langreana, pero lo vemos ya en el próximo capítulo.

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