En la madrugada del lunes una gijonesa llamó a la Policía Nacional pidiendo auxilio: su madre quería suicidarse y estaba a la altura de la escalera 15 de la playa de San Lorenzo. El cuerpo movilizó a cuatro de sus agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR), que acabaron viendo a las dos mujeres metidas en el agua hasta la altura del pecho y arrastradas por la corriente, a punto de ahogarse. Lo dramático de la situación obligó a los expertos a lanzarse sin pensarlo dos veces al agua y, tal y como confirmaron ellos mismo esta mañana, ahora las dos víctimas están recuperándose y en buen estado. "No recordamos un rescate similar a este; todo fue tan sorpresivo que no tuvimos tiempo para planificar nada. Por suerte, salió bien", agradecieron.

El grupo está especializado en actuar en intervenciones concretas en las que el cuerpo policial pueda necesitar refuerzo. Actúan principalmente por las noches y están acostumbrados a bloquear robos como víctimas de violencia de género o menores en reinserción, aunque la tasa al alza del suicidio en la región les está obligando a diversificar su campo de acción. "Este tipo de desgracias no son algo esporádico, es cierto, pero tampoco se está volviendo algo habitual", matizaron.

La actuación de este lunes la tildan como "confusa", porque por la primera llamada de la hija se creyeron que la afectada todavía estaba en la escalera del Muro. "Cuando llegamos allí y no vimos a nadie, tuvimos que volver a llamar a centralita. En una segunda llamada ya no la podían escuchar bien por el viento, pero sí escucharon algo con la palabra 'arena', así que bajamos y nos separamos para buscar", concretaron. La oscuridad, el viento y la mala mar alargó aún durante unos minutos la localización. "Cuando por fin las vimos, tampoco lo tuvimos muy claro porque la hija tenía sujeta a la madre y no hacía llamadas claras de auxilio. Luego ya comprendimos que era porque la señora no podía tenerse en pie y, si la soltaba, se le ahogaba. Ahí ya nos lanzamos al agua", completaron.

Los cuatro valientes formaron una especie de "cadena humana", con uno de ellos avanzando al frente, otro intentando darles luz y otros dos encargados de sujetar a las víctimas. Calculan que el rescate, al final, no se alargaría durante más de cinco minutos, pero también estiman que la afectada llevaba ya al menos diez en el agua. "La hija solo estaba mojada, pero la señora directamente no podía hablar de la hipotermia que tenía. Fue una suerte que todo haya salido bien; nadie te prepara para esto", reconocieron.