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Primer aniversario del fallecimiento de un gijonés para la historia

La familia de Prendes Quirós dona a la ciudad cien cajas con el legado documental del abogado

Entidades culturales y memorialistas solicitan al Ayuntamiento una calle y el título de hijo predilecto de la villa para "el gran político de la sociedad civil"

Francisco Prendes Quirós, ojeando un libro en su despacho, con una de sus librerías al fondo. MARCOS LEÓN

Gijón siempre estuvo presente en la mente, el corazón y los pies de Francisco Prendes Quirós. Abogado, escritor, cronista local, republicano comprometido, el "gran político de la sociedad civil" en palabras de Pedro de Silva y un incansable andarín, al que solo la muerte -de la que hoy se cumple un año- impidió que pudiera volver a dar uno de esos largos paseos por las calles de su amada ciudad que trufaba de paradas y tertulias con decenas de conocidos. O desconocidos. La muerte le sorprendió de mañana en el despacho de su casa haciendo lo que más le gustaba hacer: escribir.

Dejó pendiente una novela ya muy avanzada sobre el Gijón de finales del siglo XIX y principios del XX, un artículo de sus habituales colaboraciones en LA NUEVA ESPAÑA y la duda de saber si ya estaba al tanto de que, unas horas antes, le había precedido en el camino Vicente Álvarez Areces. Otro gijonés comprometido con su ciudad y la política desde los postulados del socialismo. Prendes Quirós tenía 79 años y un rico pasado que incluía haber sido el hombre fuerte en Asturias del PSP de Enrique Tierno Galván e integrante del Gobierno asturiano de la preautonomía en su breve paso por la política profesional, entre 1978 y 1979, como consejero secretario del Consejo Regional de Asturias presidido por Rafael Fernández.

Gijón le rindió honores hace un año y ahora acogerá su legado. Sus hijos y esposa, la exconcejala socialista Carmen Veiga, oficializarán el próximo día 10 de febrero en un acto formal la cesión al Ayuntamiento de Gijón de más de cien cajas de documentos personales que ya están depositadas en el Archivo Municipal tras un trabajo de selección y registro realizado por el archivero Eduardo Núñez Fernández, a quien la familia abrió las puertas del abigarrado despacho de Paco Prendes, como casi todo el mundo le llamaba.

Esos archivos guardan los tesoros de decenas de años recopilando documentos relacionados con Gijón, su historia y sus gentes pero también recortes de prensa, textos propios y ajenos, libros o informes vinculados a otros temas de interés de Prendes Quirós, fundamentalmente las etapas republicanas en la historia de España. La familia ha incorporado también a la donación al Ayuntamiento algunas fotografías históricas y libros singulares de su amplia biblioteca. De la que ya han salido a lo largo de estos meses donaciones para entidades culturales, sociales y memorialistas con las que este gijonés de El Bibio nacido en noviembre de 1939 tenía una intensa relación de trabajo y colaboración.

Entidades que durante este primer año de ausencia de Prendes Quirós se han movilizado ante el Ayuntamiento para conseguir que se le conceda un reconocimiento público. Sobre la mesa está la idea de que sea propuesto para la concesión del título de hijo predilecto de la ciudad. Sin obviarse la opción de que, cuando se den las circunstancias oportunas, una calle o espacio público de la ciudad permita que su nombre se incorpore al nomenclátor local. Ateneo Obrero, Ateneo Republicano, Socialismo y República de Asturies y Asturias Laica son algunas de las organizaciones que están detrás de la búsqueda de estos honores para el fallecido.

Ejerció de gijonés desde el minuto uno. Como vecino de la calle Navia, como bachiller en el colegio de los Jesuitas y estudiante de Derecho en la popular Universidad de Cimadevilla de Don Fermín, como fiscal sustituto y como abogado con primer bufete compartido en la calle Corrida y definitivo en el número 47 de la calle de San Bernardo. Gijón también fue el protagonista central de sus libros, entre los que destacan "Las mil caras de la ciudad madre" y "Los pilares de Gijón", y de miles de artículos.

Su despacho se convirtió también en lugar de cita para los fieles de la República y del compromiso con los principios republicanos y su fino humor surgió la llamada fiesta del oso republicano que lleva casi dos décadas festejándose en la zona de Cangas de Onís, donde se cree murió el Rey Favila a manos de un oso. Una de las pocas cosas por las que Francisco Prendes Quirós consideraba razonable salir de su Gijón del alma.

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