El Himalaya y sus gentes, conectados con Gijón a través de unas galletas para montañeros. Tan singular nexo se ha dado de la mano de la Escuela de Hostelería de la ciudad, gracias a una propuesta de sus alumnos preocupados por la cooperación internacional, que se encargan de elaborar dulces con un fin solidario. Los estudiantes han acordado que cada trimestre el centro colaborará con una ONG o asociación para "aportar un pequeño grano de arena". Y nada mejor que hacerlo poniendo en práctica lo que mejor saben: elaborando dulces que venden en su espacio de tienda todos los viernes, y destinando después el dinero recaudado para un fin social.

Este trimestre los fondos se destinarán a la Fundación Iñaki Ochoa de Olza, SOS Himalaya, una ONG que quiere poner en marcha en aquellas tierras un comedor solidario y saludable para los niños de la aldea de Seduwa, en el valle del Makalu (Nepal), con una población de 20.000 personas. La mayoría de ellas pertenecen a la casta "sherpa", una de las más castigadas por la sociedad nepalí: el 90 por ciento de sus integrantes son analfabetos y se dedican a la agricultura, y por eso el sueño de muchas familias es el de poder enviar a sus hijos a estudiar fuera del valle. La Fundación tiene entre sus objetivos mejorar la alimentación y los cuidados de los más pequeños, y por ello se han propuesto crear un comedor solidario y saludable que procure una correcta nutrición a los niños. Además, durante la semana una persona de referencia de la comunidad se hará cargo de ellos para evitar situaciones de abandono.

Así, los planes más inmediatos de la entidad son los de dar de comer a 30 chiquillos, cuidarlos durante su estancia en el comedor solidario y dar de almorzar también a los 500 restantes que asisten a clase, además de promocionar a la mujer nepalí contratando a personal para encargarse del comedor e impulsar la economía local, toda vez que todos los productos para cocinar los menús se adquirirán directamente productores locales. El presupuesto total del primer año de servicio del comedor es de 10.000 euros, que cubrirán los diez meses anuales de colegio de los pequeños.

En Gijón han querido echar una mano dulce y solidaria, y para ello los alumnos de Pastelería de la Escuela se han lanzado a la elaboración de unas galletas de mantequilla y chocolate hechas con mucho amor, bautizadas como "Himalayetas" y con forma de pico montañoso, ideales para escalar las cimas más altas. La principal, la de la solidaridad, y con la intención, como confirma la directora de la Escuela, María José Fernández, de seguir haciendo del dulce el mejor combustible para el corazón. Los interesados pueden hacerse con su paquete por tres euros todos los viernes por la mañana en la tienda del centro. Y un niño nepalí tendrá una nueva oportunidad de una vida mejor.