Los artistas suelen mirar hacia atrás para tomar impulso. La historia del arte puede explicarse a través de un sistema de referencias e interinfluencias: antiguos maestros, conocidos y desconocidos, se convierten en fuente de inspiración. Una lección, repetida a lo largo de los siglos, que está detrás de "Una vuelta a los orígenes", exposición de aventajados alumnos de la Universidad Popular de Gijón que se inauguró ayer en el Ateneo de La Calzada.

La muestra propone un acercamiento, desde miradas de ahora y a través de disciplinas como la cerámica y la pintura, a las matrices del arte: desde los grandes creadores anónimos del Neolítico a los que, en época romana, buscaron la expresividad del color. La exposición estará abierta al público en el citado centro municipal hasta el próximo 15 de febrero y fue inaugurada ayer por el concejal de Cultura, Alberto Ferrao. La muestra se acoge a un evocador epígrafe: "Sobre las paredes proyectaron sus sueños y con los objetos construyeron sus vidas".

"En las pinturas hay, por ejemplo, un recuerdo al arte parietal, a las figuras de Tito Bustillo: hay ahí un arte universal", explicó la profesora Alicia Soriano. Imparte clases de pintura experimental. Los veintidós alumnos que han aportado obra a esta muestra han utilizado como inspiración la "terra sigillata", con sus rojos brillantes, y han desplegado técnicas diversas (carboncillos, pigmentos...). "Lo que buscábamos es que cada alumno diera su propia visión, una visión contemporánea", añadió.

Laura Soriano, profesora de cerámica en la UP, señaló por su lado que "Una vuelta al orígenes" puede verse como un "guiño a civilizaciones como la romana". Y también a los creadores del Neolítico que dieron con la cerámica. "La exposición debe contemplarse como un conjunto de piezas relacionadas", indicó.