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La participación vecinal en el presupuesto: tres obras por distrito y no más de 166.666 euros

El Ayuntamiento acaba de poner en marcha en los seis consejos el procedimiento para seleccionar, entre todas las ideas, las inversiones a desarrollar

Asistentes al consejo de distrito de la zona Oeste celebrado el pasado mes de diciembre. ÁNGEL GONZÁLEZ

Ni urnas en los centros municipales ni votos por internet. El Ayuntamiento de Gijón acaba de poner en marcha el proceso de presupuestos participativos para incorporar al paquete de inversiones de este 2020 las peticiones vecinales limitando, en esta ocasión, la capacidad de decisión a los consejos de distrito y la envergadura económica de esa inversión a un millón de euros a repartir a partes iguales entre los seis consejos de distrito: Centro, Este, Llano, Sur, Oeste y Rural. Cada uno tendrá capacidad para decidir obras por una cuantía de 166.666 euros.

Desde la concejalía de Atención a la Ciudadanía y Distritos, que encabeza la concejala socialista Dolores Patón, se acaba de remitir a los consejos de distrito una carta explicando el proceso a seguir este año. Carta que acompaña a un modelo de ficha donde describir las propuestas que los integrantes de cada consejo quieran impulsar en su territorio con ese dinero. Dos requisitos de partida: las propuestas de gasto serán para el capítulo de inversión y deberán "detallarse suficientemente las propuestas" para que los servicios técnicos pueden valorar su viabilidad técnica y económica.

El sistema de trabajo decidido es que todas las propuestas individuales que vayan formulando los representantes de la parte social se presenten en una reunión interna de cada consejo, que se están fechando para los días 5 y 6 del mes que viene. En ese encuentro toca seleccionar y el mandato municipal es que se elija un máximo de tres proyectos que, debidamente documentados, se incorporarán al acta de la reunión y tramitadas a través de los registros municipales. Se da vía libre a proponer, por orden de preferencia, otras dos obras alternativas por si alguna de las tres primeras no fueran viables.

Nada tiene que ver este modelo con el seguido en los años 2017 y 2018, abierto a la votación de todos los gijoneses, y que quedó suspendido tras los problemas económicos por el incumplimiento de la regla de gasto. Además, el PSOE llegó al gobierno en junio con un calendario que imposibilitaba ese sistema de trabajo.

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