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Sin trabajadores ni actividad de partido en el inmueble de Álvarez Garaya

Los partidos políticos que tienen representación en un ayuntamiento cuentan fundamentalmente con dos vías de financiación: las cuotas de sus afiliados y las transferencias que reciben a través de sus respectivos grupos municipales (son parte de las subvenciones de los consistorios, que varían en función del número de concejales). Este segundo cauce responde a una práctica común en casi todas las organizaciones, que de esta forma garantizan su funcionamiento. A cambio, los partidos realizan labores de asesoramiento y apoyo a sus concejales.

La negativa de López-Asenjo a derivar parte de la subvención municipal del grupo a su formación supone un hecho inédito en el PP de Gijón. El portavoz sostiene que es necesaria la firma de un convenio de colaboración entre los concejales y la dirección popular que especifique claramente a qué se destinará el dinero. Detrás de este bloqueo de Asenjo, según explican algunos afiliados, estarían los reparos que ha puesto la Intervención municipal a los gastos del anterior mandato. Y se esconde un choque entre ambas partes, hasta el punto de que la junta local (órgano encargado de acordar la acción política) no se reúne desde el pasado octubre (ese encuentro se hizo en el colegio público Jovellanos).

La falta de fondos procedentes del grupo municipal ha provocado que la sede carezca de empleados desde hace meses (la anterior secretaria cesó en su cargo en julio). Por eso, la actividad apenas se reduce a dos horas diarias durante las jornadas laborales y corre a cuenta de afiliados que actúan de forma voluntaria, sin apenas material ni capacidad de organización.

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