El abuso de psicofármacos entre las mujeres es una cuestión de salud pública que preocupa mucho a los profesionales. Proyecto Hombre alzó la voz hace poco para alertar sobre esta cuestión, que afecta más a las gijonesas que a los gijoneses: desde relajantes musculares hasta medicación para dormir o tranquilizantes. Cada año aumenta el número de atenciones por este motivo. La Fundación Municipal de Servicios Sociales se ha puesto manos a la obra con un proyecto que tratará de aportar una perspectiva de género a la práctica profesional y que trabajará directamente con mujeres que se encuentren a tratamiento con psicofármacos.

El plan se titula "Entre mujeres" y las técnicas municipales mantuvieron ayer una reunión con el Director General de Salud Pública, Rafael Cofiño, para establecer las pautas. "Se busca la promoción de la salud y el empoderamiento, profundizando la relación entre mujeres y consumo de hipnosedantes", señalan las técnicas.

En este sentido, el programa se ha marcado tres objetivos fundamentales, que pasan en primer lugar por incorporar una perspectiva de género en la práctica profesional y por la prevención del consumo de psicofármacos. Para ello, se trabajará para dar visibilidad a estos consumos, muchas veces ocultos al ser considerados vergonzantes. Además de este tipo de sedantes, se abordará también el consumo de alcohol, para lo que se formará a los profesionales de del ámbito sociosanitario, las entidades sociales municipales o los equipos de orientación educativa.

Del mismo modo, se crearán grupos de mujeres que se encuentren a tratamiento con psicofármacos, con la idea de crear un soporte comunitario que forme parte del Observatorio de Salud del Principado y que sean accesibles desde las consultas de Atención Primaria. Con ello, se pretende que sean las propias mujeres las que impulsen el autocuidado y la prevención de adicciones. De este modo, se crearán varios grupos de trabajo, y se establecerá un servicio de ludoteca para favorecer la conciliación de las participantes.

Por último, el plan desarrollará otro pilar fundamental: la prevención de la salud laboral en los colectivos profesionales cuyo trabajo lleva implícita una gran carga emocional, además de incorporar una mirada más feminista y y para visibilizar el daño psicosocial que genera la práctica de la profesión.

La propuesta se dirige a profesionales de servicios sociales, del ámbito sociosanitario y las entidades sociales, de modo que se favorezca la creación de una red de ayuda en el territorio. Asuntos como la subjetividad de los profesionales en riesgo, la exposición al vacío, el desgaste profesional y el síndrome del quemado o las estrategias de protección y resguardo son algunos de los temas que se abordarán en el plan.