La presentación del libro "La rebelión de la cultura en Asturias. Las sociedades culturales frente al franquismo" de Benigno Delmiro Coto fue la excusa perfecta para que, en un abarrotado Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, el autor tirase junto a Nacho González, de Gesto; Pedro Roldán, de la Cultural Gijonesa; y el historiador y moderador del club, Luis Miguel Piñera, del "hilo rojo" de la historia local.

El hilo que conecta aquellas entidades de los años sesenta y setenta "que fueron verdaderos hervideros de cultura popular y militante, de las que partieron iniciativas políticas", en palabras de González, con esta nueva generación de integrantes de unas asociaciones culturales que, ya sin luchar contra el franquismo, "siguen teniendo mucho sentido". "El sentido de crear una sociedad civil crítica", en explicación de Roldán.

A ese hilo sumó Piñera las historias de la academia de García Rua o las culturales del Natahoyo y Pumarín, pero también el recuerdo a Radio Kras, a los días de la Cultura en la carbayera de los Maizales o a la "Semana negra". Todas, dijo, herederas de un pasado industrial gijonés que animó a los obreros a organizarse. También en sociedades culturales.

El libro de Delmiro Coto describe con todo lujo de detalles la historia y vida de 22 de esas entidades en el marco temporal que va de 1964 a 1984. Entidades cuyos miembros eran activistas contra el franquismo y donde la cultura suponía "inventar, criticar, discernir". "Cada actividad cultural popular era una acción política", recordó el autor que puso especial énfasis en destacar la singularidad asturiana en lo que tiene que ver con la proliferación y activismo de este tipo de organizaciones. "Asturias en esto era distinta como distinta era la resistencia obrera aquí", sentenció. Colaboró en el acto la Fundación Juan Muñiz Zapico.