"Si ellos pueden, nosotras también, no es cosa de sexos". La piloto de buques y oficial segunda de Marina Cristina García tiene claro que "cuesta mucho despedirse de los tuyos cuando una embarca, pero también para los hombres es duro". Así que ayer animó en la Escuela de Marina Civil a todas las chicas que sientan inclinación por el mundo de la náutica y la navegación a "dedicarse a ello, sin duda ninguna". "Estás navegando mucho tiempo, pero también estás mucho en tierra y es cuestión de organizarse, no hay problema para conciliar con la vida familiar", dijo.
En la actualidad, está cursando el máster. "La empresa me ha permitido estar en tierra hasta junio. Aquí tienes la oportunidad de navegar durante seis meses y descansar otros seis, en pocos trabajos se nos ofrece esta oportunidad, y hay que valorarla", señaló. Porque "aunque no es un mundo fácil, no hay que tener miedo, las mujeres somos capaces de las mismas cosas que los hombres: a lo mejor no puedo cargar con varios metros de mangueras, pero lo puedo hacer en dos veces", apuntó, antes de llamar a "acabar con los estereotipos, porque cuando embarca una chica el resto de la tripulación enseguida piensa que somos un lastre, y luego ven que no es así ni de lejos".
García lanzó ayer un mensaje en positivo en el acto de presentación de la empresa Marflet Marine y la entrega de la beca Capitán Jacinto Pérez Vidal en la Escuela de Marina Civil, una jornada que sirvió para romper una lanza en favor "del talento femenino". "No podemos olvidar que buena parte de los números uno de las promociones son mujeres y debemos incorporarlas a nuestras empresas", señaló ayer Juan José Ferrer, director ejecutivo de Marflet.
"Queremos que haya tantas alumnas como alumnos a bordo de nuestro barcos", señaló, porque "es posible conciliar con la vida familiar, son tan válidas o más que los varones que tenemos en la compañía". La empresa cuenta desde hace años con un convenio de colaboración con la Universidad de Oviedo por el que cerca de medio centenar de alumnos se han formado con prácticas en la compañía con la intención de que "se queden aquí; cerca del 50 por ciento lo ha hecho", sostiene Ferrer. La empresa cuenta con una amplia flota de buques quimiqueros que transportan combustibles y aceites, que navegan por todo el mundo, especialmente en América y Asia, lo que permite "conocer mundo, pero sobre todo, conocer una empresa dinámica, multicultural, con muchas nacionalidades y en la que se puede aprender mucho".
De hecho, el objetivo de la compañía con la charla de ayer es "promocionar que los alumnos puedan embarcar para que en el futuro sean los oficiales de nuestra compañía", subraya el director general de la compañía de buques. Cada año se enrolan diez estudiantes de la Escuela que hacen los cursos de formación a bordo. "Ya hay oficiales de Gijón navegando por todo el mundo: lo que queremos es que en un futuro cercano haya capitanes que hayan salido de la Escuela", afirma Ferrer, para "contribuir a que no haya paro, ni entre ellos ni entre ellas".
