Nuevo golpe policial a la venta de estupefacientes en Gijón. Y otra vez con un establecimiento hostelero como escenario. En esta ocasión, ha resultado detenido el responsable de un bar del barrio de La Calzada al que la Policía Nacional sorprendió con cocaína y hachís y también con dos armas prohibidas -una defensa extensible y un nunchanku- que según explicó el arrestado las utilizaba "para defenderse de los intrusos para proteger las cosas de valor".

Una patrulla de agentes, sin distintivos policiales, que peinaba La Calzada para detecta a los autores de la comisión de robos en locales, se toparon con la actitud "de espera y vigilante" de una persona a las puertas de un bar sobre el que existían informaciones previas por la posible vente de estupefacientes. Cuando este individuo, de 46 años, se percató de la presencia de los agentes se metió rápidamente en el local. Estaba "visiblemente nervioso", según los agentes.

Ante este comportamiento sospechoso, los policías optaron por hacer un registro en el bar. Estaban en lo cierto. Durante la inspección localizaron una caja metálica con trozos de hachís que tenía escondida en un saco de pienso para perros. Dentro de la nevera, bajo las cervezas, hallaron ocho envoltorios de cocaína. También encontraron un sobre con 800 euros en el fondo de un cajón de la cocina del que no dio explicación alguna. Este individuo, con antecedentes, acabó detenido por un delito contra la salud pública.

Este tipo de intervenciones en bares son habituales en Gijón para combatir el tráfico de drogas. De hecho, el pasado año, las denuncias vecinales llevaron a la Policía Nacional a desmantelar 45 puntos de venta de droga en Gijón y al arresto de 41 personas. En la mayoría de casos, las intervenciones policiales tuvieron lugar en establecimientos hosteleros de la ciudad.