Responsables del equipo forense del juzgado procedieron esta mañana a la toma de muestras de ADN de los padres del bebé asesinado a puñaladas en Nuevo Roces siguiendo la orden de la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Gijón, que requirió esta práctica para confirmar a quién pertenecen los dos pelos humanos que aparecieron en el cadáver. Los resultados podrían conocerse en el plazo de un mes.

Silvia A. M., la madre del recién nacido que cumple prisión preventiva como principal investigada del caso, presenta "controles de conducta poco desarrollados e inestabilidad emocional, agresión social e interpersonal, impulsividad e intolerancia a la frustración, genio voluble y fondo egoísta", según el informe forense al que tuvo acceso LA NUEVA ESPAÑA. Tras exculpar a su novio, Daniel B. S., cambió su versión de los hechos para señalar directamente al que fue su pareja durante siete años, asegurando que fue él quien se llevó al bebé y que cuando ella le vio por última vez el niño estaba vivo. No obstante, ese informe forense duda de la credibilidad de su relato.

En la fase de instrucción de este caso que estremeció a toda la ciudad ya se ha podido confirmar la paternidad de ambos investigados, él en libertad con cargos. El siguiente paso es el de determinar a quién pertenecen los dos pelos hallados en el cadáver del bebé, al que tiraron a la basura metido en una mochila. Daniel B. S. siempre ha defendido que ni siquiera sabía que su pareja estaba embarazada y que, en consecuencia, desconocía el crimen. Es por ello que esta mañana se tomaron las muestras necesarias para averiguar de quién son esos pelos.

Silvia A. M., gijonesa de 28 años, dio a luz a su bebé el 1 de agosto del pasado año en su piso de la calle Jenaro Suárez Prendes, en Nuevo Roces. Lo hizo sola, en la habitación, y ocultándoselo a todo el mundo. A partir de ahí el relato de los dos miembros de la pareja difiere. Daniel B. S. explicó que desconocía el embarazo y que cuando llegó a casa ese día y lo vio todo manchado de sangre, su novia le explicó que había tenido un fuerte sangrado por un quiste. Tras una ardua investigación, que llevó a la Policía Nacional a revisar toneladas de basura, lograron el 21 de septiembre identificar y detener a esta pareja que vivía justo en frente del contenedor.

La única realidad cierta por el momento es que el bebé apareció en un contenedor de basura asesinado. A las pocas horas del alumbramiento, le asestaron múltiples puñaladas por todo el cuerpo, a excepción de la cabeza, que le causaron la muerte. Todo apunta a que utilizaron para ello un cuchillo de cocina de sierra y después lo metieron en una bolsa de basura y a su vez en una mochila. Fue un vecino que rebuscaba entre los contenedores quien dio la voz de alarma al encontrarse con la escena.