La empresa asturiana Global Atac ha comenzado a exportar a Turquía escorias generadas en las fábricas de reciclaje de aluminio, que se van a utilizar para la fabricación de cemento en ese país por su alto contenido en alúmina. Se trata del resultado de tres años de ensayos y análisis de laboratorio que han permitido convertir en materia prima lo que hasta ahora era un residuo cuyo único destino era el vertedero. Además de la faceta comercial, este proyecto tiene un componente medioambiental, al promover la economía circular, dándole nueva vida a lo que hasta ahora no era nada más que un desecho. La empresa señala que por sus características químicas esas escorias se pueden considerar como bauxita sintética.
De consolidarse la relación comercial con el cliente turco y con otros fabricantes de cemento del otro lado del Atlántico, el puerto gijonés podría ver incrementados sus tráficos en unas 150.000 toneladas anuales, volumen de estas escorias que se generan en la fábrica de Valladolid de la que proceden.
El primer cargamento, de 22.000 toneladas se estaba acabando de embarcar ayer en el primer tramo del Muelle Norte, en la ampliación de El Musel, en el buque "Glory Dina", con destino a una cementera turca. Global Atac ya tiene conversaciones avanzadas con otras dos compañías cementeras en Norteamérica y Centroamérica, a las que ya han enviado sendos contenedores para hacer pruebas de fabricación con este producto.
Si todo marcha como espera la compañía asturiana, podrán colocar en el mercado las alrededor de 300.000 toneladas de escorias que se generan en tres plantas europeas de reciclaje de aluminio, en Alemania, Reino Unido y la citada de Valladolid, La mitad de ese tonelaje se genera el la factoría vallisoletana, cuyas escorias podrían salir desde varios puertos españoles, pero lo harán desde El Musel por el compromiso con la dársena asturiana de la compañía exportadora.
Las escorias exportadas a Turquía contienen un 70% de óxido de aluminio, una mayor proporción que la bauxita, mineral natural del comúnmente extraen la alúmina las cementeras, dado que la misma es un componente habitual en los cementos.
Las escorias que ahora se comienzan a exportar por la ampliación de El Musel se generan durante la separación del aluminio de otros componentes en las fábricas de reciclaje de ese metal. Para ello se utilizan unas sales de fusión, mediante procedimientos que se han ido perfeccionando desde mediados de los años 90 del siglo pasado. Tras la recuperación del aluminio, esas sales se separan para reutilizarlas, pero siempre queda una fracción de escorias, que es la que contiene un alto porcentaje de óxido de aluminio y a la que ahora Global Atac ha logrado darle una salida comercial.
En el proceso para convertir lo que antes era un desecho en una materia prima, mediante su caracterización química y análisis, Global Atac ha contado con el apoyo de los laboratorios asturianos de Atlantic Survey e Idonial (antiguo Itma). La compañía señala que el producto, al que ha bautizado como alubaux, tiene propiedades químicas similares a la bauxita natural que se usa habitualmente en la industria cementera.
Para la empresa es especialmente significativo que el primer cliente sea una cementera de Turquía, país que es precisamente uno de los principales productores de bauxita natural del mundo. El producto que ofrece la compañía asturiana, además de contar con un mayor porcentaje de alúmina, es más económico, dado que el principal interés de las plantas de reciclaje de aluminio en el que se genera, es que se lo quiten de las manos para así ahorrarse los costes de tener que llevarlo a un vertedero autorizado.
Global Atac está comprometida con diversos proyectos de economía circular. Además de la reutilización de escorias de las plantas de reciclaje de aluminio, la compañía asturiana ya inició en 2017 otro proyecto con la misma filosofía, exportando desde El Musel arcillas de rechazo procedentes de la cantera asturiana de La Espina, cuyo destino anterior era también el vertedero.
