El ingeniero naval gijonés, economista e historiador Alfonso Fernández Marino falleció ayer a los 73 años. Sus allegados le definen como "un hombre curioso, estudioso de los temas más diversos y de talante muy inquieto, además de una persona muy afable que se ganaba el cariño de cuantos le trataban". Trabajó durante décadas en Constructora Gijonesa y cursó estudios hasta en cinco carreras, muestra evidente de su insaciable ansia de saber. Un conocimiento en el que se albergó también a la hora de enfrentar la enfermedad. Hasta un mes antes de su fallecimiento y ampliamente superada la edad de jubilación, Alfonso Fernández seguía acudiendo a la Universidad de Oviedo donde ahora se formaba en Historia del Arte.

Como ejemplo de su carácter sociable y su apego por Gijón hace unos años, junto a varios excompañeros de Constructora Gijonesa, puso en marcha la comida anual de hermandad de una empresa naval que llegó a emplear a más de un millar de trabajadores en sus momentos más álgidos. Un encuentro con el que, decían, querían recuperar pese al tiempo transcurrido "el sentido familiar y de apoyo que se transmitió durante años de lucha por sacar el astillero adelante".

Su familia, con su viuda Elisa Mesa y sus hijos Alfonso, Regina, Gonzalo, Juan y Elisa al frente, recibieron innumerables muestras de condolencias y cariño durante toda la jornada de ayer. Muestras que seguirán hoy en la misa funeral que se oficiará, a las 18.00 horas, en la iglesia parroquial Mayor de San Pedro Apóstol.