La cúpula de la iglesia de la Universidad Laboral, por cuya rehabilitación clama la Asociación de Antiguos Alumnos del centro, no es el único espacio del magno edificio que se encuentra en un estado deplorable. En otros espacios del complejo arquitectónico también son visibles los desperfectos causados por humedades. Es lo que ocurre en el centro de Formación Profesional.

Goteras, desconchones y pérdidas de carga que han dejado a la vista el forjado, son claramente visibles en diversas partes de este centro formativo al que a diario acuden 1.400 alumnos de 18 ciclos formativos de los sectores industrial y de servicios.

Una parte del problema está ahora en vías de remediarse, con una reparación en marcha en la cubierta sobre la entrada principal del centro, para tapar la gotera que afecta a una zona de paso y que se detectó el curso pasado, si bien ya antes había filtraciones desde la cubierta. El centro puso la situación en conocimiento de la Consejería de Educación y a finales del curso pasado un arquitecto y un aparejador acudieron al centro ver la situación, según explica la directora del centro, María Goitia.

Lo que se está haciendo es reparar esa gotera, pero de momento no se van a acometer otras labores de mantenimiento en el interior del centro formativo, cuyos desperfectos "no afectan a la vida normal del centro ni suponen un peligro para el alumnado", agrega la directora del centro.

Uno de los problemas para adecuar las dependencias formativas es el hecho de que se encuentran dentro de un bien de interés cultural del Principado, lo que obliga a solicitar permisos a otra consejería para cualquier actuación que se quiera acometer en el mismo, explica Goitia.