Tras cuatro años al frente del Real Grupo de Cultura Covadonga, durante los que, según afirma, cumplió más del 90% de su programa electoral y consiguió hitos como la compra de la finca de La Torriente, Antonio Corripio Álvarez (Gijón, 1970) fue reelegido hace dos días como presidente de la entidad para un nuevo mandato, con tres cuartos de los votos emitidos a su favor. El domingo tomará posesión de su cargo junto a su junta directiva, en la que repiten Beatriz Coto como vicepresidenta y Joaquín Miranda, como tesorero.
- ¿Cómo vivió la jornada electoral?
-Llegamos a temer el no haber hecho bien el trabajo para que los socios se implicasen de forma activa en la votación. El resultado la verdad es que fue muy bueno: tres de cada cuatro votos fueron para nuestra candidatura. Es un resultado muy positivo, sobre todo porque somos un equipo que viene de estar cuatro años en la junta directiva, y eso conlleva un desgaste que no hemos acusado en los socios, sino que siempre notamos mucho cariño y apoyo, que se vio cristalizado en las urnas.
- Ha bajado considerablemente la participación.
-Sí, fueron 2.200 votos menos que hace cuatro años. Pero eso no debe achacarse al socio, sino que está en el debe de las juntas directivas, que debemos crear entornos en los que al socio le apetezca participar y opinar, porque su implicación en el día a día del club hace que cuando tengamos que tomar una decisión esta sea mucho más atinada. Nosotros tomamos las decisiones en base a lo que nos piden los socios, pero sabemos que la responsabilidad última de esa toma de decisiones es exclusivamente de la junta directiva.
- Ha habido 1.210 socios que votaron a Pablo Jove, su rival en los comicios. ¿Cuál es el reto con ellos?
-El problema que existe en el Grupo, y desgraciadamente nosotros no lo vamos a poder arreglar, es que nunca va a ser posible contentar a todos. Nosotros tenemos un programa, por el que nos han votado y tenemos que cumplirlo por aquellas personas que apostaron por él. Ojalá pudiésemos llegar al 100% de los socios y la totalidad de sus demandas, pero es imposible, así que esperamos que con el cumplimiento de nuestro programa podamos llegar a esos 1.210 socios.
- Uno de los motivos que les llevó a presentarse a la reelección fue la finalización del plan director. ¿En qué punto está?
-Estamos pendientes de las respuestas administrativas, para saber si podemos hacer aquello que queremos. Dependemos de cuatro administraciones: Ayuntamiento, Principado, Confederación Hidrográfica del Cantábrico y Demarcación de Costas. Una vez que lo tengamos hecho, cribaremos todas aquellas cuestiones que nos pidieron los socios y presentaremos un concurso a nivel nacional, para que el socio elija aquella que mejor le parezca. Todo ello llevará aparejado un plan deportivo y social y un plan económico que nos marque las pautas de cómo debemos acometer las obras. Lo que parece evidente es que este plan no se va a poder terminar en este mandato, aunque sí que nos gustaría empezarlo. Aunque a partir de 2024 se dejarían de pagar los créditos vivos del pabellón verde, con lo que tendríamos 600.000 euros al año más para invertir y afrontar el plan con más garantías.
- ¿Sería un fracaso para usted no dar comienzo a las obras del plan director en estos cuatro años?
-Sería un fracaso que no se aprobara el plan director. Ahora tenemos unos terrenos con unos usos provisionales, pero sabemos que podemos distribuir mucho mejor los espacios y los usos de las instalaciones. Que la asamblea no lo apruebe significará que en algo habremos fallado. No comenzar las obras nos preocupa muchísimo menos. Una vez que una asamblea toma una decisión, bien esta junta o la que viene lo sacará adelante.
- Hablaba antes de las cuentas y ya adelantó que no acometerá grandes inversiones en este mandato.
-El de este año será un presupuesto equilibrado, con un beneficio que ronda los 143.000 euros. Tenemos una contabilidad absolutamente equilibrada, con resultados positivos año tras año, con un cash flow circulante de alrededor de 800.000 euros, que nos permite acometer los pagos inmediatos sin generar ningún tipo de gestión en tesorería. Pero este año comenzamos a pagar la amortización de la finca de La Torriente, por eso decimos que es un año de contención: tenemos nuevos gastos y no podremos acometer grandes inversiones. Vamos a priorizar el mantenimiento de lo que ya tenemos, que es lo que nos piden los socios.
- ¿Se va a replantear esta junta directiva la entrada de más socios?
-No tenemos pensado que haya más entrada de socios, salvo que así se apruebe en la asamblea, pero no es un tema que nosotros vayamos a llevar. Queremos acometer un cambio de estatutos y, en ellos, fijaremos el número máximo de socios, cuántos creemos los grupistas que debemos ser. Se establecerá el número en asamblea y se regularizará. Si decimos que queremos ser 36.000, hasta que no lleguemos a ese número, no entrarán más socios.
- ¿Cuál es esa cifra para Antonio Corripio?
-Creo que somos muchos, creo que aún tenemos que reducir el número de socios. Tal y como está hoy el Grupo, somos muchos. Pero con esta nueva reordenación del plan director, esta situación se regulará en parte, porque hemos ganado en metros, pero si no ganamos en recursos para que el socio pueda disfrutar de ellos, es como si no los tuviéramos. Cuando determinemos ese plan director, sabremos con más seguridad cuál es ese número ideal de socios.
- ¿Cuál cree que va a ser el uso que marque ese plan director para la finca de La Torriente?
-No lo sé, porque también dependemos de varias cuestiones, como permisos. Ahora se le van a dar unos usos provisionales como el running, el esparcimiento o el aparcamiento de bicicletas y motos. Pero sí que tenemos claro que no se va a usar como aparcamiento para coches. No puede ser que una entidad deportiva adquiera nuevos espacios para ser usados como plazas de parking.
- Hábleme del anillo navegable.
-Estamos tan convencidos de que vamos a llegar a un acuerdo que, en el programa, hemos incluido dos puntos de mejora del anillo navegable: la mejora del acceso al río y del pantalán de piragüismo. Nuestra relación con el Ayuntamiento es buena, pero ahora tenemos una cierta discrepancia que hay que salvar. Estamos convencidos de que vamos a presentar al Ayuntamiento un plan que permita mantener la salubridad de la playa y compatibilizarlo con el uso del anillo navegable por los deportistas. Estamos convencidos de que encontraremos un punto de encuentro.
