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Carnavaladas

"Kop'a Vino" cede el testigo

La charanga, una de las más veteranas de Gijón, empieza a delegar en los más jóvenes: "Son los más activos porque nacieron desfilando"

Felipe Martínez, entre sus hijos Xana y Enol, ayer, disfrazados de vikingos. JUAN PLAZA

A Felipe Martínez lo reclutaron para la charanga "Kop'a Vino" en 1990 junto a otros catorce amigos, todos ellos "boy scouts". Con sus 16 años de entonces, no sabía muy bien dónde se metía y ahora bromea diciendo que entró "engañado". Es el actual presidente de uno de los grupos con más solera del Antroxu gijonés. Se creó en 1988, justo cuando se inició el concurso de charangas en la ciudad, y es de las pocas que puede presumir de no haberse perdido ni un desfile.

Martínez, desde entonces, solo se ausentó de uno, el del año 96, y ayer en su local de Contrueces se separaba parte de la capa de su disfraz de vikingo -el atuendo del año pasado- para descubrir su tatuaje del servicio militar: "Solo falté al Antroxu para hacer la mili, qué remedio". Treinta años después, el presidente ha "engañado" también sin darse cuenta a sus dos hijos, Xana y Enol, y espera cederles pronto el testigo. "Ahora cuando pasa un tiempo te das cuenta de que al haber crecido en esto lo tienen completamente normalizado. Son más ya más pasionales que yo; ya casi nacieron desfilando", presume el padre.

"Se me hace raro que la gente no celebre esto porque yo no me imagino un año sin Antroxu; nunca lo viví", afirma la primogénita, de 14 años. La joven, que tiene fotos desfilando con escasos meses de vida, empieza ahora a asumir responsabilidades en el grupo y está integrada en la "comisión de desfile" -los responsables han creado grupos de trabajo separados para trabajar en las coreografías, la música, las letras y los disfraces-, porque, según su padre, "las chavalas son las que tienen siempre mejores ideas sobre los bailes y los chavales le ponen más ganas a la percusión". Por eso, Enol, de 11 años, prefiere echar una mano a los tambores.

"Kop'a Vino", con 45 integrantes, es actualmente una de las charangas más pequeñas y de los 15 "scouts" iniciales solo quedan dos, Martínez y Josillo Moret. "Somos los dinosaurios", bromea el primero. Los reclutó Miguel González "Miguelón", otro "mítico" del grupo y su principal impulsor. Aunque ya se ha retirado del ajetreo de los desfiles desde el pasado 2017, le dio tiempo para apuntar a la causa a una última persona, Marcos González, su hijo, que es ahora uno de los más activos en la charanga. "Los más viejos empezamos a estar ya algo cansados porque cuesta, económicamente, sacar esto adelante. Los socios pagan la cuota para mantener el local y luego costeamos todo con la venta de lotería y cuatro salidas que hacemos el resto del año. Consuela ver que los nuevos vienen con ganas", sentencia el presidente.

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