El Principado está sopesando expedientar a ArcelorMittal por haber activado el sínter A de la factoría de Veriña sin haber culminado la obra para dotar a la instalación de un nuevo filtro de mangas que minimice las emisiones contaminantes. Arcelor está obligada desde el pasado 1 de enero a reducir a una cuarta parte las emisiones de partículas de esa instalación, de la que habitualmente salen los penachos de humo que generan los elevados niveles de polución de El Lauredal y que constituyen el principal foco de polución industrial en el oeste de Gijón, según estudios del Principado.
La apertura del expediente sancionador fue instada formalmente al Principado por Ecologistas en Acción el pasado 8 de febrero. Una propuesta que fue respaldada ayer en la reunión del Consejo Sectorial de Medio Ambiente por el representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón (FAV) y por el de Podemos-Equo. La respuesta que les dio la Directora General de Calidad Ambiental y Cambio Climático del Principado, Paz Orviz, fue que en Medio Ambiente no eludirían la comunicación de esa posible infracción a los sus servicios jurídicos, ya que eran conscientes de que se estaba incumpliendo la actual Autorización Ambiental Integrada de la factoría siderúrgica gijonesa que daba de plazo hasta el pasado 1 de enero a Arcelor para reducir las emisiones contaminantes del sínter A. La obra del filtro acumula retrasos y Arcelor baraja como plazo para su conclusión el próximo mes de mayo.
La factoría gijonesa de Arcelor lleva años sin amoldarse plenamente a la directiva europea sobre la aplicación de las mejores técnicas disponibles en la siderurgia. En la legislatura pasada y ante las protestas vecinales, el Principado negoció con la multinacional siderúrgica la adopción de medidas para enmendar esa situación. Eso se tradujo en un ambicioso plan de inversiones medioambientales por parte de la multinacional y en una Autorización Ambiental Integrada otorgada por el Principado con plazos para implementar las mejoras, entre las que las más significativas a efectos medioambientales son las relativas a los sínter.
Los problemas de la calidad del aire en Gijón, en especial en la zona oeste, focalizaron el debate en la reunión del Consejo Sectorial de Medio Ambiente de ayer, en un día en el que además coincidió con una llamativa emisión contaminante de Arcelor, una nube de gas bruto de las baterías de coque que comenzó a brotar de esta instalación a las nueve y diez de la mañana, tras producirse una avería eléctrica que afectó al motor de extracción del gas de los hornos de coquización.
El gas comenzó a quemarse en las antorchas de las baterías, sin que al parecer dieran a basto, lo que se tradujo en emisiones difusas de los propios hornos de coquización. Arcelor notificó el percance al Principado y al Ayuntamiento de Gijón una hora larga después de que se hubiera originado, a las diez y veinte de la mañana, según explicó poco antes de la reunión del Consejo de Medio Ambiente Paz Orviz.
Tanto la representante del Principado como el concejal de medio ambiente, Aurelio Martín, señalaron que esa nube contaminante no originó que se elevaran los niveles de contaminación registrados en las estaciones de control de Arcelor, del Principado y en la unidad móvil del Ayuntamiento en El Lauredal. "No ha habido un problema real en términos de contaminación para la población cercana", señaló el edil, que tildó el incidente de "aparatoso".
El Principado va a pedir "información adicional" a la empresa para saber si actuó de forma adecuada ante el incidente, apuntó Paz Orviz. Si su actuación fue diligente, no habría motivo para expedientar por este incidente a la empresa, pero sí si no lo fuera.
En la reunión de ayer también se dio un avance del plan de acción a corto plazo que el Principado y el Ayuntamiento de Gijón van a consensuar para actuar ante episodios de contaminación en el oeste de Gijón y cuya elaboración se va a abrir a la participación de entidades y colectivos. Ese plan incluirá modificaciones al protocolo de alertas por contaminación que rige para el resto de Asturias, visto que en el oeste de Gijón ha demostrado "no ser una herramienta suficientemente eficaz", señaló Orviz.
El Ayuntamiento va plantear que ese plan, que podría estar operativo en mayo o junio, contemple la implantación en El Lauredal de una estación fija de medición de la contaminación. La Federación de Vecinos reclamó la aplicación de medidas ya aprobadas hace años, como cámaras de vigilancia de las emisiones de las industrias.
