José Manuel Sánchez Merino, el asesino confeso de la limpiadora gijonesa Lorena Dacuña, salió ayer del Centro Penitenciario de Asturias durante unas horas para someterse a un examen con las especialistas del Servicio Interdisciplinar de Atención a las Drogodependencias (Siad) de los juzgados de Gijón. Esta prueba, de carácter rutinario, sirve para conocer si el procesado es consumidor habitual de sustancias estupefacientes, tal y como este camarero gijonés de 49 años declaró cuando fue detenido por este crimen machista que conmocionó a la región.

El examen al que se sometió ayer Sánchez Merino -llegó al Palacio de Justicia sobre las 9.30 horas- busca conocer la periodicidad de la ingesta de estupefacientes, en qué cantidades, qué tipo de sustancias -él explicó que había consumido cocaína mientras tomaba copas y cerveza en un bar de la calle de Marqués de San Esteban- y cómo esas drogas le afectan en su conducta. En el caso de Sánchez Merino, a tenor de lo que declaró en Comisaría cuando fue detenido en su piso de la calle San Luis, consumía drogas de forma habitual hace años, hasta que ingresó en la cárcel -tras encadenar varias condenas por malos tratos y quebrantamientos- y lo dejó. Fue en el mes de abril de 2013 cuando Sánchez Merino entró en prisión, y por aquel entonces ya mantenía una relación sentimental con su víctima mortal. No obstante, este gijonés declaró en Comisaría que retomó el consumo de cocaína, "unas dos veces a la semana y siempre en cantidades pequeñas", cuando concluyó su relación con Lorena Dacuña, en noviembre de 2019.

La madrugada en la que se cometió este crimen machista, según respondió el único investigado del caso a preguntas de la letrada del turno de oficio que le asistió en Comisaría, había comprado "entre un gramo y gramo y medio de cocaína" en la zona de bares de Fomento antes de ponerse a beber altas cantidades de cerveza y ginebra. Fue poco después cuando, tras los rumores de que su expareja había iniciado una relación con otro hombre, se decidió a ir en autobús hasta La Calzada a comprobarlo. Poco después, según confesó, asesinó a Dacuña a puñaladas en el piso de la calle Callao cuando la vio llegar acompañada de otro individuo, que huyó por miedo.

Regreso a la cárcel

Regreso a la cárcelLa entrevista que ayer tuvo el investigado con las especialistas del Siad tiene más relevancia de cara a su estancia en prisión que a su incidencia en la hipotética condena. Para ver qué grado de afectación de sus capacidades le provocó la droga en su crimen es preciso un examen médico que presumiblemente solicitará la defensa del camarero gijonés. No obstante, cabe señalar que en violencia de género consumir droga para atacar supone un agravante.

Poco después de someterse a la entrevista, José Manuel Sánchez Merino aguardó en los calabozos para regresar hasta el Centro Penitenciario, donde permanecerá hasta la celebración del juicio, que no se espera, como mínimo, hasta el año que viene. Sí es seguro que será juzgado mediante un jurado popular.