Las puertas están abiertas, sólo falta franquearlas. Empresarios del sector de las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC`s) y centros formativos como la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y los centros de FP se enzarzaron ayer en la eterna discusión sobre la falta de talentos acordes a las nuevas necesidades de un mundo cada vez más digitalizado y y la obligatoriedad de formar a los trabajadores del futuro con las mejores herramientas posibles. Y la conclusión fue: "Tenemos que ponernos de acuerdo, debe haber más interrelación entre ambos mundos para saber cuáles son las necesidades de cada uno, para poder adecuar las soluciones". Porque, como señalan las compañías, "sólo hace falta que haya mejor coordinación".

El debate preocupa, y mucho, especialmente entre los empresarios que ven cómo muchos de los puestos tecnológicos especializados se quedan sin cubrir. Es una demanda recurrente, frente a la que la Universidad sostiene que "Asturias no está mal situada" en cuanto a la oferta formativa para los alumnos que han de cubrir los puestos del futuro: robótica y análisis de datos son el ejemplo más puntero. No obstante, el director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Juan Carlos Campo, sí reconoce que "la oferta de títulos propios es escasa, y se necesita colaboración con la empresa porque debería tratarse, sobre todo, de títulos para profesionales".

Movilidad y competencia

Todo ello se suma además a que la Universidad se encuentra inmersa en un proceso de cambio "como nunca antes en cientos de años", con un modelo tradicional de enseñanza obligado a transformarse por el auge de factores como "la democratización del conocimiento gracias a Internet, la competencia por la financiación, la movilidad d e los estudiantes, las tecnologías digitales o la integración de la industria", apuntó el director de la EPI.

Uno de los principales escollos con los que se encuentra la Universidad es el de la rigidez de las titulaciones, que "hace difícil introducir cambios", reconoce Campo, quien recalca además que los modelos actuales de enseñanza están en entredicho por la demanda de nuevas competencias en los empleados. "Las necesidades han crecido mucho y se necesitan personas más innovadoras para resolver problemas más complejos", sostiene el director de la Politécnica, quien asegura que "el primer y el segundo año en el que los recién graduados se incorporan a la empresa se trata de un MIR de facto", si bien "nuestra relación con la empresa es muy buena y en el caso de los másteres en la Escuela nos sobran empresas dispuestas a tener alumnos en prácticas remuneradas, una de nuestras condiciones".

Aún así, en vista de la realidad de la región, será inevitable que la matrícula en la Universidad de Oviedo siga bajando en general en los próximos años, tanto por una cuestión de la caída imparable de la natalidad en Asturias como por "el peso que tienen ciudades como Madrid o Barcelona como polos de atracción de estudiantes; es algo que siempre ha sucedido y así seguirá siendo", pronostica Juan Carlos Campo.

Para poder dar respuesta a las necesidades de las empresas, el director de la Escuela gijonesa apuesta tanto por crear nuevas titulaciones acorde con las demandas de la nueva industria 4.0 como por poner en marcha nuevos dobles grados, "que apenas tienen coste para la Universidad", así como por crear grados abiertos, impulsar la formación dual, la integración de los grados y los másteres que "está dando un gran resultado" o la formación online para los estudiantes, que propicie un modelo más flexible. Del mismo modo, los títulos propios, la innovación, las prácticas de alto valor, las actividades extracurriculares para promover una formación más completa o la mejora de la comunicación con los preuniversitarios se perfilan, según Campo, como las mejores herramientas para adelantarse al cambio y adaptarse de una forma rápida y eficiente a un mundo empresarial en el que los cambios son "más rápidos que nunca".