La reivindicación motera de "Motocomadres" dio esta mañana un paso más fuerte en la igualdad motorística al superar el umbral de las cien participantes en su tradicional ruta por Comadres. Mujeres de toda Asturias -hubo representación de León y Valladolid- que hicieron sonar el claxon para recordar bien alto que las carreteras también son para ellas. Ya lo dijo la alcaldesa Ana González, que "no hay mejor espíritu de comadres" que el que lleva seis años organizando en Gijón la motera Aida Martín. "Los primeros años era algo rarísimo ver a tantas mujeres, pero ahora está todo normalizado, la gente nos conoce y saben que somos las de Motocomadres", apuntó la líder de la comitiva.

La comitiva, tras un desayuno para coger fuerzas, partió de la gijonesa calle Sanz Crespo compuesta por un centenar de mujeres, desde los 23 a los 59 años, en 86 motocicletas, todas ellas de más de 125 centímetros cúbicos. En esta edición, ante la gran afluencia, optaron por acortar el recorrido, de 90 kilómetros. "Este año la ruta es más corta porque se hace una serpiente larga de motos que puede ser peligroso, entonces pensamos en una ruta algo más apartada por zonas menos transitadas", explica Aida Martín. A medio camino, en Peón, fue su primera parada para coger fuerzas "con un pinchín" y siguieron ruta hasta concluir en Noreña con una comida conjunta y su tradicional sorteo de regalos.

Sexta edición de Motocomadres en Gijón

Sexta edición de Motocomadres en Gijón

Lo más importante de la jornada es que muchas de las asistentes tienen esta fecha marcada en el calendario. Inamovible. "Llevo seis años participando, hago pleno; para mí es un orgullo muy grande y este domingo está reservado porque me paso todo el año pensando en este día", confesaba Claudia Rodríguez Llera, que el próximo junio cumplirá 60 años. Ella es la motera más veterana de la ruta y tiene claro que no importa la edad, "aquí lo importante es mantenerse activa y haciendo cosas, espero seguir viniendo por muchos años". Al otro lado estás las moteras noveles, como Aroa Vicente, de 29 años. "Es la primera vez, venía con nervios porque no conozco a nadie", aseguraba esta joven que hace dos años comenzó a rodar. "Tuve un novio que era motero y al principio me llevaba de paquete, hasta que un día dije no, la moto la llevo yo", bromeaba. La benjamina de la expedición fue Natalia Peña Álvarez, de 23 años, que desde pequeña "tengo mucha afición a la moto porque vengo de familia motera".

La motera 101, aunque simbólico, fue la alcaldesa Ana González, que si bien reconoció no saber andar en moto, pero no dudó en subirse a una para mostrar su apoyo a esta iniciativa creada "por mujeres rompedoras" que, además de reunirse, entran en una afición que se suele asimilar a los hombres. "Y eso está muy bien", apuntó González.