Una asociación de coches clásicos y dos de moteros, han iniciado una campaña de recogida de firmas, con el apoyo de talleres, tiendas de recambios y establecimientos hosteleros, para intentar que el gobierno local de marcha atrás en su proyecto de ordenanza de movilidad, que contempla restricciones en el centro de la ciudad para los vehículos diesel matriculados con anterioridad a 2006 y los de gasolina anteriores a 2000, además de empezar a cobrar la ORA a las motocicletas, que están exentas en la actualidad.

Iván García, uno de los portavoces de la plataforma de afectados por la ordenanza de movilidad, señala que esperan alcanzar las 20.000 rúbricas de apoyo.

En cuanto a los vehículos clásicos, la ordenanza contempla excepciones para los declarados históricos, los de más de 30 años. El problema es que de los 13.000 coches clásicos que hay en Gijón sólo 200 han sido declarados históricos, ya que para obtener ese marchamo es preciso un trámite ante el Principado que cuesta 1.000 euros. Además no lo pueden obtener si el modelo ha sufrido alguna variación respecto a sus componentes originales.

La plataforma también está procediendo a anotar matrículas y distintivos ambientales de los coches que entran en Gijón por las distintas carreteras y autovías de acceso a la ciudad.

En el colectivo también se integran vecinos de la zona rural, con coches viejos que usan para bajar a hacer compras a la ciudad. La plataforma va a contactar con la federación vecinal de la zona rural para proponerle que se integre en su movimiento.

También han mantenido contactos con la concejalía de medio ambiente y con los grupos municipales de la oposición, los cuales han recogido sus propuestas para plantear enmiendas a la ordenanza, señalan desde el colectivo de moteros.