Concentradas como un universo primigenio de densidad infinita y antroxera en la plaza de toros de El Bibio, las 45 agrupaciones gijonesas aguardaban ayer las siete de la tarde, la hora oficial para comenzar el desfile de Carnaval, para explotar en un Big Bang antroxero lleno de musicalidad, fiesta, espectacularidad y tintes reivindicativos. Como los que pusieron las representantes de la Fundación Siloé que, disfrazadas de redes sociales, procuraron alertar del tiempo que la sociedad invierte pegada a una pantalla de móvil, o la Fundación Mar de Niebla, que desfiló realizando una olimpiada para poner el acento sobre el deporte de la zona oeste gijonesa. La conclusión, en la plaza del Humedal, donde se reunieron todas las charangas, no pudo ser mejor. "Ha sido espectacular, ha estado muy guapo", zanjaron algunos de los miles de gijoneses que ayer vibraron con su Antroxu.

Las alertas sociales primaron. "Queremos alertar del abusocontaba Javier Bermúdez, de la Fundación Siloé, que desfilaron pegados a tablets y sacando a pasear un cerebro humano de juguete lleno de luces. También estuvo presente el avispón asiático, que asola el campo asturiano. "La idea la tuvo un chico de la agrupación que hoy no pudo venir y va en su honor", aseguraba Mireia Díaz, de la charanga "Perdíos de los nervios". Iban disfrazados de velutinas y de cazadores, protagonizando una coreografía muy movida.

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Desfile antroxu de Gijón

El coronavirus ha sido capaz de cerrar las puertas y las ventanas del norte de Italia y también frustrar el carnaval más famoso del mundo, el de Venecia. Sin embargo, la temible enfermedad no fue capaz de dejar en casa a la organización "Los Glamurosos Pescadores", que desfilaron emulando la fiesta veneciana, como también lo hicieron "Xareu Mieres". "La idea la tuvimos antes, somos un pedacito de ese Carnaval; estamos inmunizados", puntualizaba Cristina García, de "Los Glamurosos Pescadores".

El desfile dejó historias deliciosas. Como la que protagonizaron Hadamira Solís e Isolina Arias, dos señoras de 70 y 68 años, que acuden todos los cursos a desfilar por su cuenta. El año pasado iban de cafetera y este presente salieron de naranjo. "Para reivindicar el producto de aquí", argumentaron las dos. "Nos conocemos desde hace 40 años y desde hace cinco salimos nosotras solas, hay que estar con las tradiciones, hacemos felices a la gente y lo pasamos bien; hay que salir a la calle", decía.

El desfile tuvo carrozas impresionantes. Quizás, la que más miradas acaparó fueron las dos de la charanga de Tapia de Casariego "Os mesmos de Sempre", que desataron un verdadero infierno por las calles gijonesas. Su puesta en escena fue mayúscula. Motos adornadas como corceles infernales; dos carrozas, una de un dragón de dos cabezas y otra de una araña gigante, que en su parte superior tenía a entregados bailarines. La coreografía fue para enmarcar, con canciones de "Benny Hill" y "Don Diablo", de Miguel Bosé, levantaron las palmas y los brazos del entregadísimo público. "Todo lo hemos hecho a mano, llevamos trabajando desde octubre en el desfile. Lo que recaudamos, siempre lo donamos al Instituto, apuntaba Montse Iglesias, una de las 63 integrantes de una charanga que acostumbra a desfilar por toda Asturias.

Por el desfile gijonés se dejaron ver caras famosas, como el entrenador de fútbol Marcelino García Toral. Aunque el técnico no iba disfrazado, acudió a disfrutar del Antroxu de su ciudad en familia. "Está siendo muy guapo", reconocía el míster, ahora en busca de equipo.

Al final, el universo en expansión que fue el desfile de Antroxu de ayer volvió a converger en la plaza del Humedal tras varias horas de cabalgata y de fiesta multicolor. Miles de gijoneses se echaron a las calles para ver un carnaval, el suyo, cargado de color y de tintes sociales y reivindicativos.