Con la crisis del coronavirus al alza, las oportunidades de innovación se disparan. Así lo puso ayer de manifiesto el gerente del área sanitaria de Gijón, Manuel Bayona, en el transcurso de un nuevo desayuno tecnológico organizado por Impulsa para debatir sobre salud. "Sería estupendo y muy útil poder contar, por ejemplo, con una aplicación móvil que nos ayude a determinar, introduciendo determinados parámetros, si alguien tiene coronavirus", propuso. "Si alguien se anima, yo me asocio", bromeó el gerente de Cabueñes, antes de llamar, en esencia, a "colaborar y trabajar con la empresa para identificar oportunidades y desarrollar soluciones".

"El área sanitaria está a disposición de los emprendedores para trabajar juntos, es necesario salir de los tabiques de las especialidades", indicó Bayona, antes de reclamar que "dentro de la Milla del Conocimiento se incluya como pilar fundamental el de la salud, en coordinación con la empresa y la Universidad". No en vano, reflexionó el gerente: "Hemos visto en unas semanas cómo la salud ha dado la vuelta a la economía mundial".

En este contexto, Bayona habló del crecimiento exponencial en el gasto en salud y de la necesidad de "encontrar soluciones para los problemas que se presentan y que sean eficientes, porque las expectativas de la ciudadanía nos obligan a innovar". Y apuntó a varios campos clave sobre los que habrá de trabajar a partir de ahora: la cronicidad, el acceso equitativo de la población a la innovación, la actualización de la cartera de servicios, la coordinación entre niveles asistenciales y la adecuación de procedimientos y protocolos a los nuevos tiempos. Porque "contactar a las personas es la clave", y las empresas deben conocer de primera mano las principales necesidades en el ámbito sanitario.

Buena nota de todo ello la viene tomando desde hace años Jorge Roces, investigador del Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias (IUTA) que trabaja en proyectos tan singulares como la elaboración de modelos tridimensionales de huesos, articulaciones y tejido blando en los que simular, por ejemplo, cómo ha quedado colocada una prótesis de rodilla después de la operación.

Roces trabaja en estrecha colaboración con la empresa gijonesa MBA en la investigación en prótesis, y uno de los últimos proyectos en este sentido tiene que ver con "predecir la remodelación ósea después de poner la prótesis, midiendo las tensiones en el hueso", explicó. Del mismo modo, diseñan modelos impresos en tres dimensiones para los médicos, de cara al futuro, está estudiando la articulación del hombro y las fracturas de la cabeza del húmero, para ver "el desarrollo de prótesis inversas con simulaciones sobre su funcionamiento".

La empresa ROA Health Technology también trata de abrirse paso en un ámbito complejo "si pensamos en las pymes, porque el mercado está dominado por las grandes multinacionales", indicó su director técnico, Manuel González, quien explicó cómo en su caso tratan de desarrollar la tecnología industrial para el uso de materiales antimicrobianos, en un momento en el que la resistencia a los antibióticos está generando muchos problemas.