Guillermina Fernández puede presumir de que lo suyo es ya un clásico. Porque en los últimos 25 años, la gijonesa no ha fallado casi ninguna semana a su cita con la Escuela de Hostelería. "Vengo a comer con muchísima frecuencia, desde que abrieron el centro hasta hoy, me encanta la comida y no tengo otra cosa que hacer, así que soy una habitual", afirma.

La entusiasta vecina forma parte de un grupo de unas 150 personas que integran el grupo "La Amistad", una especie de club social que se puede considerar como el mejor fan de la Escuela. "Venimos a todo: a la cafetería, a la tienda de pastelería, a los cócteles, al restaurante... a todas las actividades que organizan y que son todas de diez", sostiene Loli Pidal, otra de las habituales del centro. Por eso, y después de un cuarto de siglo de magnífica relación, los comensales quisieron tener un gesto de agradecimiento hacia la dirección, los profesores y los alumnos del centro.

Antes de sentarse una vez más a mantel puesto para degustar patatas rellenas de carne, sopa de pescado y marisco, muslos de pollo al chilindrón y bavarois de fresa, entregaron a la directora del centro, María José Fernández, y a todo el cuerpo docente. Porque "siempre nos han tratado fenomenal; la comida es excelente pero la acogida es lo mejor", aseguran. Y "en todos los años que llevo viniendo a comer, nunca he repetido menú", destacaba Manuel Díaz.

"Nosotros estamos encantados con ellos, son gente muy amable y da gusto recibir a comensales así", aseguraba por su parte la directora, feliz con una placa que a partir de ahora ocupará un lugar destacado en el centro. "Seguiremos viniendo siempre", prometen.