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Los hundimientos del subsuelo en el centro obligan a reformar la avenida de la Costa

Los expertos afirman que nadie "analiza el proceso" en El Humedal y la plaza de Europa y el Ayuntamiento descarta que guarde relación con el metrotrén

El centro de Gijón, construido en gran parte sobre arenas y antiguas marismas con turbas, ha empezado a registrar hundimientos claros en el entorno de El Humedal, la plaza de Europa y el primer tramo de la avenida de la Costa, zona sobre la que los geólogos llevan décadas alertando por su inestabilidad. Las preocupaciones se han disparado ahora por los bultos en el firme, evidentes ya a simple vista, sobre todo, en el entronque de La Costa con la calle Suerte, en el entorno del Museo Nicanor Piñole. El Ayuntamiento afirma "tener conocimiento de hundimientos en la zona desde hace tiempo" y está ultimando un plan de reformas para tratar de atajar los desperfectos. La más urgente será remodelar el asfalto de la gran arteria a la altura del paseo de Begoña. "Por el paso de autobuses y el peso del tráfico es la zona más afectada", aseguran fuentes municipales.

Los hundimientos por el subsuelo inestable de Gijón se concentran, sobre todo, en El Humedal, una zona cuyo subsuelo tiene turbas y corrientes de agua, en su parte más superior. El doctor en Historia Héctor Blanco alertó en este diario hace semanas de que los desperfectos registrados en la zona han empeorado de forma ostensible en los dos últimos años. Este artículo, titulado "Gijón se hunde", recordaba el conocido caso de "la manzana reseca", un edificio situado en la avenida de la Costa que amenazó con venirse abajo tras el deterioro de sus cimientos. El desalojo de los vecinos y el posterior derribo del inmueble en 1989 fue una de las grandes polémicas urbanísticas del siglo XX. Estudios posteriores comprobaron que la estructura se había visto afectada por la construcción de un sótano en una vivienda colindante, lo que había alterado el subsuelo de la zona y provocado que los cimientos del edificio afectado, que eran de madera, se pudriesen.

"A día de hoy las construcciones ya se cimientan sobre hormigón y no podemos decir que haya un riesgo inminente de derrumbe, pero también es cierto que los desperfectos en la zona de El Humedal y el Nicanor Piñole están yendo a más", matiza el historiador. Y añade: "Hace dudar si la causa del drenaje del terreno es el túnel del metrotrén que discurre bajo la avenida de la Costa y si la inundación del mismo y vaciado tienen relación con los movimientos ocurridos en superficie". Y sentencia: "Lo preocupante es que parece que nadie lo está vigilando de cerca".

Desde la Universidad de Oviedo, el geólogo Luis Pando lo confirma. "No constan estudios en profundidad realizados en la zona de El Humedal recientemente. Se sabe desde hace mucho que el terreno en esa zona es, constructivamente hablando, malo, y también que el caso de 'la manzana reseca' se debió a la construcción de un sótano, pero no se han hecho sondeos que permitan decir mucho más", apunta el especialista.

Ahora bien, Pando tilda de "aventurero" vincular directamente los hundimientos de la avenida de la Costa y El Humedal a los túneles del metrotrén. "Como no se han hecho sondeos, no se sabe si afecta o si no afecta. Hay que entender que realizar este tipo de inspecciones cuesta muchísimo dinero. Se miden edificios concretos durante obras puntuales, pero analizar el hundimiento de un barrio entero es, económicamente, muy complicado", razona.

Pando descarta, por lo tanto, sacar conclusiones alarmistas: "El terreno es malo, en esa zona hay mucha agua y siempre ha sido así, y por eso a día de hoy ya no se construye como antes". El Ayuntamiento, por su parte, insiste en que los hundimientos en zonas puntuales de la ciudad "se remontan a mucho tiempo atrás, antes de las prospecciones del metrotrén", y descarta, por ello, cualquier vinculación con la obra.

Para Blanco, lo necesario es estudiar de cerca el avance de estos defectos. "Al lado del Museo Piñole hay un chalé de estilo modernista abandonado cuya inclinación es a día de hoy comprobable a simple vista y el gran 'huevo' en la avenida de la Costa es imposible no notarlo si pasas con el coche. Lo sorprendente es que varía, hay días que está más abultado y otros que no. Por eso, sabemos que se debe a los encharcamientos del subsuelo y no a simples baches", concreta. No son los únicos ejemplos: las baldosas del patio lateral del Nicanor Piñole están levantadas, en el entronque de las calles Mieres y Schultz las aceras son inestables y varios portales de calles colindantes se separan, dependiendo del día, unos centímetros de la acera. "No se entiende que esto no se esté vigilando por profesionales", valora Blanco.

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