Se levanta el telón, suena el grupo sueco "ABBA" y un grupo de trece usuarios del centro de día de La Camocha y del centro de apoyo a la integración Los Pielgos entran en otra dimensión de la mano de la música y la danza. Un espacio en el que las limitaciones físicas casi desaparecen, y donde las melodías hacen que los dolores del día a día se olviden para dar paso a los buenos resultados de las terapias que aplican los profesionales de los centros asistenciales.
El de La Camocha ha sido el impulsor de un singular proyecto: la adaptación y recreación del musical "Mamma Mia!", que estrenaron el pasado jueves que llevaban meses preparando junto con los usuarios de Los Pielgos.
Pocos nervios y muchas ganas para un estreno que tuvo lugar en las instalaciones del Centro Polivalente de Recursos Clara Ferrer desde el año pasado, con un nutrido público de más de 70 asistentes entre usuarios del centro de día, profesionales los centros de mayores de "El Arbeyal", "El Llano" y el CPR "Aurora Álvarez" y algunas personas que viven en la residencia, amén de numerosos familiares que no quisieron perderse el debut artístico de los suyos.
El musical estuvo formado por una parte hablada en la que una de las personas usuarias de La Camocha fue relatando la historia de la boda de la protagonista, Sofi y de su madre Donna, que da lugar a los distintos números musicales.
La base de todo ello ha sido, como explica la directora del centro, María Ángeles Muñiz, la danzaterapia: "distintas coreografías adaptadas por la terapeuta ocupacional, a las capacidades físicas y cognitivas de los participantes". Además, como todas las piezas musicales del grupo ABBA son muy conocidas, "hemos buscado versiones en español para que pueda tener sentido para los mayores. Incluso en algunas se han introducido elementos de luz que dan una mayor vistosidad a la coreografía", explica Muñiz, encantada con el resultado de la experiencia. Tanto para los usuarios, que han puesto en práctica varios ejercicios y movimientos muy provechosos para ellos, como para las familias y el resto de los profesionales de otros centros, que han podido comprobar de primera mano cómo las terapias tienen un gran efecto.
No es el único proyecto que tienen en La Camocha de apertura a la comunidad, especialmente de cara a los familiares de sus mayores. "Somos conscientes de la poca información que, por desgracia, pueden transmitir algunas personas usuarias y la ansiedad que eso genera en las familias", señalan. Por eso, y con el ánimo de aumentar la transparencia de sus acciones, han promovido la posibilidad de que los familiares puedan "vivir el centro".
Se trata de una experiencia pionera que aquellos familiares que lo deseen puedan pasar una jornada en el equipamiento, participando en las actividades que se celebren ese día, comiendo y merendando como el resto de los usuarios. Así, podrán "ponerse en su piel" y conocer el día a día en el centro, poniendo en valor el trabajo de los profesionales y siguiendo el ritmo diario de quienes pasan por el centro, como uno más en el engranaje diario. El proyecto ha tenido tan buena acogida que varios familiares ya han vivido la experiencia. Y de vez en cuando, a ritmo de musical.
