La española detenida en octubre de 2017 en la zona rural de Gijón por su supuesta relación con una peligrosa banda especializada en secuestros en México se sentó ayer en el banquillo de los acusados en la Audiencia Nacional, en un juicio en el que el fiscal pide para ella una pena de 21 años de cárcel por su supuesta implicación en el secuestro de una ciudadana francesa en San Miguel de Allende (Guanajuato, México) entre el 13 marzo y el 30 de mayo de 2017.

La acusada, Isabel M. G. de S., empresaria vinculada al mundo de la moda, estaba casada con el cabecilla de la banda, el exguerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete, "comandante Emilio", al que se le vincula con el asesinado de un senador en ese país y que tras huir a México formó allí una banda criminal. A este grupo se le responsabiliza del secuestro en México de extranjeros acaudalados, a los que llegaban a mutilar y encerraban en ataúdes hasta que cobraban el rescate. Por la ciudadana francesa se había solicitado un rescate de seis millones de dólares.

Fue precisamente tras la detención en México de Escobar Poblete cuando Isabel M. G. de S. regresó a España y México cursó una petición a la Interpol para su detención. El 23 de octubre de 2017 la Guardia Civil la arrestó mientras paseaba a sus perros por la parroquia gijonesa de Llantones, donde había alquilado una casa a nombre de su hermana para esconderse. Tras su arresto quedó en libertad, a la espera de la decisión de los tribunales.

En el juicio celebrado ayer en la Audiencia Nacional, la acusada se desvinculó de las actividades criminales de su marido y aseguró que desconocía su verdadera identidad cuando ambos contrajeron matrimonio.

Isabel M. G. de S. afirmó en el juicio que la víctima del secuestro por el que se la juzga, a la que llegaron a cortar un dedo para enviárselo a su marido, era una persona desconocida para ella, pero sí admitió que conocía al marido de la secuestrada, al que se lo presentaron unos amigos, informa Efe. Negó que tras el secuestro le llamara para asegurarse de que seguía la consigna de los secuestradores de no avisar a la Policía, sino que sólo lo llamó porque era amigo suyo.

"No tengo nada que ver con todo esto", recalcó Isabel M. G. de S. en el juicio, quien ha recordado que en 2012 se fue a vivir a México con dos hermanas suyas y que allí se casó en 2015 con el director de una escuela que llevaba muchos años viviendo en San Miguel de Allende, donde era "muy querido" y que todos conocían como Ramón Alberto G.V., desconociendo que esa identidad falsa era la tapadera bajo la que se ocultaba el exguerrillero chileno.

La acusada ha asegurado que durante los años que estuvo con él le ocultó que no era mexicano y su verdadera identidad. Explicó que regresó a España después de que la Policía mexicana le informara de la supuesta implicación de su marido en el secuestro y que fue en España, cuando estaba en Denia con una hermana, cuando se enteró del pasado de su compañero sentimental.