Blanca González Sánchez, nacida en Mieres en 1957, trabajó como peon de exterior en el pozo Monsacro de Morcín entre 1986 y 1993. En aquella época en el pozo había dos mujeres trabajando y eran de la empresa: una era la cocinera y otra la que limpiaba los cuartos de baño de la jefatura. Pero a Blanca le tocó poner un mono, ir a la plaza de la madera, "ir a trabajar como un compañeru más, como un mineru más; había que dar el doscientos por cien, sí, más que un paisano. Había que dar más que ellos, porque había que demostrar que valíamos", asegura.

Ana García Cano, de Mieres y del año 1959, fue enfermera en HUNOSA desde 1983 y actualmente está prejubilada. Fue la primera mujer de la rama sanitaria en acceder a un puesto de trabajo en la hullera pública, y en poco tiempo su presencia fue asumida y su trabajo se desenvolvió con normalidad.

Pilar Laviana García, de La Cantera, El Entrego, nacida en 1925, fue carbonera. O lo que es lo mismo, desempeñó trabajos de carga, lavado y escogido de carbón durante los años de explotación intensiva del carbón. Y paralelamente, todas estas mujeres, esforzadas de los chamizos y las escombreras, han permanecido invisibles para la historia, pero ahora han sido recuperadas para su conocimiento general. La Biblioteca Municipal de Vega-La Camocha acoge desde ayer la exposición "En tierra de hombres. Mujeres en las minas de Asturias", de Alex Zapico, una recopilación de fotos y de textos con la historia del papel de la mujer en el mundo de la minería una actividad marcadamente masculina, donde las mujeres han tendido a ser excluidas o invisibilizadas, si bien con su labor han sido los pilares en muchas ocasiones de la economía familiar. Las imágenes, que reflejan cómo se han abierto camino en la minería asturiana, un territorio de hombres, son obra del fotógrafo Álex Zapico y los textos que las acompañan, del profesor de la Universidad de Oviedo Rubén Vega.