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GUILLERMO PEÑALVER | Artista, expone en la sala Gema Llamazares

"Papel y dibujo me dan mucha libertad"

"Esta exposición gijonesa es una segunda entrega de mi 'Autorretrato en interior'"

Guillermo Peñalver, ayer, dibujando sobre una pared de la galería Gema Llamazares. ÁNGEL GONZÁLEZ

Guillermo Peñalver, tarraconenese de 1982 avencidado desde hace años en Madrid, completaba ayer en la sala Gema Llamazares el montaje de la exposición "De dentro a fuera", que los aficionados podrán ver hasta el próximo 9 de mayo. Licenciado en Bellas Artes, vuelve a Gijón, donde expuso en 2016. Con la citada galería, ha participado en varias ferias. Admirador de David Hockney, Pérez Villalta o Remedios Varo, el artista es uno de los jévenes valores del dibujo español.

-¿Qué encontrará el espectador en "De dentro a fuera"?

-Podemos decir que es la segunda entrega de "Autorretrato en interior". Ahí está mi vida en el estudio, dibujos y objetos. Por resumir: la vida del artista en su estudio; desde Guillermo duchándose con una ducha inventada, junto con arquitecturas pobladas por una naturaleza desboradante.

-¿Una continuidad de su trabajo anterior?

-No pretendía hacer una segunda parte, pero he vuelto a ideas que había descartado en el anterior proceso creativo. El tiempo pasado y aquellos planteamientos han ido contaminándose con otras cosas, desde películas a libros.

-Unas cosas llevan a otras...

-Exacto, pero se puede ver algo así como la vida interior de Guillermo en el estudio, como artista y coleccionista de objetos.

-La muestra incluye, además, una intervención en la pared de la galería, ¿verdad?

-Así es. Será un último autorretrato, entre humo. He aprovechado una de las paredes de la sala para insistitir en esa imagen un poco gaseosa. Soy muy reconcentradito y me gustan los dibujos limpios, por lo que este tipo de propuestas me permiten reflejar y romper también mis propias tensiones. La textura de la pared es más rústica que la del papel, así que el entramado es mucho más bestia, por así decir.

-¿Por qué se ha decantado por el dibujo en papel, por el recorte con tijeras de esos soportes?

-Al principio cultivaba las dos disciplinas, la pintura y el dibujo. Pero en un momento dado decidí quedarme sólo con la obra en papel, veía ya que le dedicaba mucho más tiempo al segundo que a la primera.

-Pero ¿qué le lleva al papel?

-La libertad que me da. Esa idea de volver a dibujar, arrancar, troquelar... Tienes la posibilidad de que si algo ha queado mal, puedes rectificar y empezar de nuevo. Lo bueno es que puedo probar, corregir, improvisar... Es un material siempre abierto.

- ¿Ha encontralado en el papel, el lápiz y las tijeras sus medios de expresión?

-Eso parece, al menos por ahora. Eso no quiere decir que en un futuro no vaya por otro lado. Lo cierto es que llevo tiempo trabajando con el papel y he aprendido. Me siento muy cómodo con el papel y el recorte. También me gusta la espontaneidad.

-Es un dibujante que trabaja, sin embargo, en tamaños grandes, lo que añade una dificultad.

-Sí, no es lo mismo trabajar sobre un 50 por 70 (centímetros) que cuando te enfrentas a un formato de dos metros. Si nos fijamos, el tamaño del brazo de un dibujo es igual que el del mío; es una escala 1:1.

- ¿Dibuja sobre mesa?

-Sobre mesa, exacto. Dibujo en horizontal, con los papeles cogidos a una tabla. Pego cosas y tal. Lo bueno del papel es que, si no me gusta el resultado, cojo el cúter y troquelo, arranco y pongo otro trozo. Es lo bueno y lo que me da esa libertad.

- En estas obras es evidente su interés por la figura.

-Pues, empecé a trabajar con figura recientemente. Lo que más me interesa es el paisaje, la verdad. Pero comencé a poner en los dibujos a mi madre, a mi amiga María, a Andrés Pachón... En la serie "Autorretato...", la figura, claro, tenía una importancia crucial. Se ve un cuerpo en la ducha, alguien que trabaja.

-Y a esos simpáticos yoguis...

-Es cierto, esos yoguis.

-Y tiene importancia, asimismo, el uso que hace de la cuadrícula.

-Hace tiempo que está en lo que hago. La incorporé, primero, a un dibujito. Después, ya entró en "Azul noche"; dibujos eróticos con unos personajes que entraban y salían. Cuando empecé a hacer alicatados que servían como telón a mis dibujos, la incorporé plenamente.

-¿El color blanco tiene un significado especial en sus obras?

-Esta exposición ha quedado más blanquita de lo que pensaba; pensé que tendría más color. Pero también hay uno a todo color. Es una excepción. Me gusta la idea de que el espectador rellene o complete esos espacios blancos.El blanco ofrece sutilezas, misterios. Tiene su mística; frente al blanco, pienso mejor. Y, luego, hay muchos tipos de papel en blanco: verjurados, rayados, satinados, perlados, moteados... Estoy cómodo.

-El dibujo, menospreciado hasta no hace muchos años por museos y galerías de arte, ha vuelto a ponerse de moda y a ganar importancia entre aficionados y coleccionistas. ¿Por qué?

-Cierto, está la feria especializada Drawing Room Madrid. Es verdad que, cuando dejé la pintura y empecé a centrarme en el dibujo, es como si no pudiera mostrar lo que hacía. Creo que, al final, lo que se ha producido es un reconocimiento del dibujo y del papel, que antes no tenía. Se dibujaba como preparación para otra cosa, era algo auxiliar. Los artistas hemos llegado a la conclusión de que el papel y el dibujo son igual de válidos que la pintura y el lienzo. A mí, el dibujo y el papel me dan mucha libertad.

- ¿El papel tiene ventajas?

-Las tiene, claro. Y es verdad que ha tomado mucha importancia en los últimos años: ferias, artistas que trabajan en ese formato. Se ha acabado ese menosprecio hacia el dibujo que hemos visto en muchos períodos de la historia del arte.

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