Con la ciudad paralizada por el decreto del estado de alarma, el aire goza de su mejor salud. Los niveles de partículas de suspensión en el aire se han diezmado en las últimas 24 horas, sobre durante la madrugada, cuando solían registrarse los mayores picos contaminantes por actividades industriales, y se mantienen ahora bajo los límites estipulados de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las partículas PM10, por ejemplo, que son las motas en suspensión de polvo, metal, ceniza o cualquier otra sustancia sólida, no superaron ayer los 50 microgramos de media por metro cuadrado en la estación móvil de El Lauredal, manteniéndose casi siempre por debajo de los 30. Si se consultan los informes de hace una semana, sin embargo, en la misma estación se habían alcanzado los 207 microgramos, quedándose siempre por encima de los 100 durante toda la madrugada. Los ecologistas, eso sí, matizan que parte del bajón se debe a la jornada de lluvia del domingo.