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"Superprofesora" contra el sedentarismo

Cristina Rodríguez, docente de Educación Física y premio a la excelencia, llama a los niños a una vida más activa: "Favorece la inclusión"

Cristina Rodríguez, en el gimnasio.

Una vida académica y por el deporte sobresaliente. La gijonesa Cristina Rodríguez López, de 27 años, acaba de ser distinguida con el premio extraordinario a la excelencia académica del Máster en Formación del Profesorado que cursó hace tres años. Un galardón del que se muestra "muy orgullosa" y que se suma, además, a otra importante distinción por su brillante trayectoria: también obtuvo el premio extraordinario en el año 2015 al mejor expediente académico del grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que cursó en la Universidad de La Coruña.

Un brillante currículum para la joven, que actualmente imparte docencia en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en el IES Calderón de la Barca de Gijón, en el que da clase de Educación Física. Además, su actividad va mucho más allá, habida cuenta de que compagina su trabajo de interina con tres labores más. En primer lugar, Cristina Rodríguez está inmersa en el estudio del grado de Educación Primaria en la Facultad Padre Ossó de Oviedo, porque además de la excelencia en su trayectoria, ella, como todos los docentes, aspira a seguir en formación continua. "Quiero abrirme puertas al mundo laboral para conseguir una plaza fija en la Educación Pública", relata.

Del mismo modo, también practica balonmano federado, y por si todo ellos fuera poco, está preparando, por si se dan las condiciones para después de la crisis del coronavirus, las oposiciones en la etapa de Secundaria, que a día de hoy todavía están previstas para el mes de junio.

Los laureles le han llegado con mucho esfuerzo previo, tal y como ella relata. Y sin más misterios que "la organización, un buen grado de esfuerzo y principalmente una gran vocación por la Educación Física". "Es mi pasión y mi día a día", añade. Mucho más que una afición, ya que la ha convertido en su actividad profesional. Por todo ello, se ve con fuerzas para mandar un mensaje contundente en favor de una asignatura que para muchos aún sigue teniendo el sambenito de ser una de las "marías" del currículo académico, una de las materias que para algunos supone un rato de esparcimiento y, para otros, una forma de subir nota.

La gijonesa quiere poner en valor una formación "que a día de hoy aún necesita de una visibilidad constante", razona, habida cuenta además de que "en una sociedad como la de hoy, en la que prevalece el sedentarismo, la obesidad infantil y el auge tecnológico, muchos adolescentes ocupan su tiempo libre con actividades de ocio pasivo". Lo tiene claro: la Educación Física merece mucho la pena.

Así, las redes sociales, los videojuegos o la inactividad en sí misma de muchos adolescentes que prefieren pasar su tiempo recluidos en sus habitaciones en lugar de estar haciendo actividades al aire libre hacen necesaria, más que nunca, una apuesta por las actividades físicas guiadas y bien entendidas, conducidas desde el ámbito académico.

La docente llama la atención sobre la reducción de "sus posibilidades de relación social y comunicación" por el abuso de la tecnología", así como sobre la merma de "una buena prevención y tratamiento de la salud" entre los más jóvenes, si la Educación Física no tiene todo el peso que sería deseable. El movimiento "es necesario en la actualidad", sostiene Cristina Rodríguez. Y la Educación Física, "además de hacer competente motrizmente al individuo, es una de las materias que más favorece la inclusión de las personas, la relación social y la enseñanza de hábitos saludables teniendo todo ello transferencia directa a la vida real".

Por eso, la joven gijonesa apuesta por poner en primera línea curricular una asignatura "cada vez más necesaria" en los centros educativos actuales para combatir algunos de los problemas más comunes entre las nuevas generaciones: menos pantallas y más partidos en la calle.

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