Tras 25 años, Eusebio Ortega, el presidente de la asociación de vecinos de San Andrés de los Tacones se retira. A sus 75, busca paz tras un cuarto de siglo de una intensa batalla que le llevó hasta Bruselas y Estrasburgo, donde logró que la Unión Europea abriera en 2004 una investigación para comprobar si la Zona de Actividades Logísticas e Industrias de Asturias (Zalia) cumplía la legalidad medioambiental . "Me da pena, pero es el momento de dejar el paso libre a la gente más joven", aseguró ayer Ortega.
La intención del veterano presidente era hacerse a un lado en la próxima asamblea de socios. Iba a ser finales de marzo, pero la pandemia de coronavirus también ha paralizado los retiros. "Claro que me da pena dejarlo. Son muchos años, pero ahora todo se hace por internet y ya no estoy para esos trotes", se sinceró un hombre que vive en la parroquia desde hace cuatro décadas.
La Asociación de vecinos de San Andrés de los Tacones se fundó en 2004. Surgió para luchar contra el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que proyectaba expropiaciones de terreno en la parroquia para la Zalia. Ortega, junto al resto de vecinos, logró que la Unión Europea abriera en julio de 2004 una investigación para comprobar si la colosal obra cumplía con la legalidad ambiental. Fue el primer palo en la rueda de una zona logística que aún está por rematar y que adeuda 115 millones de euros. "Muchos vecinos tuvieron que marcharse del lugar, pero al menos la parroquia sigue existiendo. Deberían dejar a los vecinos en paz", afirmó Ortega.
El compromiso vecinal del dirigente hunde sus raíces hace 25 años cuando la representación de los vecinos de San Andrés de los Tacones la asumía la Asociación de vecinos Monte Areo de Monteana. "Fueron nueve años representando a la parroquia de esa manera", resumió Ortega. A lo largo de su mandato, logró que San Andrés ganara el concurso a la parroquia más guapa de Gijón a finales de los noventa. "El premio eran diez millones de pesetas para invertir en la zona. Hicimos el centro social", destacó.
Pero ni Bruselas ni reconocimientos es lo que más enorgullece a Ortega. De lo que más satisfecho se siente es de que la Empresa Municipal de Aguas (EMA) prolongara el servicio a San Andrés. "Para poner puntos de agua había que convencer a los vecinos de que lo contrataran. Muchos se abastecían de pozos. Pensé que solo iba a convencer a una docena como mucho, pero a base de esfuerzo, logré 135 solicitudes a la EMA", apuntó. También logró mejoras en la iluminación. "Antes, había solo tres farolas", rememoró.
Ortega busca relevo. Lleva ya cuatro años en la tarea. El miedo a que sin él la asociación desaparezca le llevó en las dos últimas asambleas a prolongar su mandato. "Esta vez no será así", prometió. Llama a sus vecinos a involucrarse en la asociación. "Tenemos la asociación cultural de San Andrés. Esta parroquia no está muerta. Se hacen cosas. Solo hay que implicarse y aplicarse", zanjó un representante vecinal histórico.
