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Los libreros temen un puntillazo al sector por el cierre prolongado de sus establecimientos

"Me inquieta lo que pueda pasar a partir de este mes", afirma Rafael G. Testón, presidente de la asociación que reúne a más de 120 negocios

Puestos de librerías en el paseo de Begoña, en junio del año pasado, durante la Feria del Libro de Gijón.

Un batacazo. Es lo que teme Rafael Gutiérrez Testón por el prolongado cierre de las librerías, un sector que sufrió especialmente las consecuencias de la crisis económica de 2008. Habla con conocimiento de causa. Es el presidente de la entidad gremial que reúne en Asturias a los propietarios de algo más de 120 librerías. "Temo lo que pueda pasar a partir del próximo mes; hay inquietud", aseguró en conversación telefónica.

Propietario de La Buena Letra, una de las librerías más activas del país por el número de actividades diarias que realiza, Rafael Gutiérrez Testón se acaba de acoger a las medidas económicas previstas por el Gobierno en su respuesta a la crisis provocada por el COVID-19. "La alternativa, salvo para los que siguen con las ventas 'online', es la suspensión temporal de actividad; al menos, te garantiza el cobro del 70 por ciento de tu cotización como autónomo". Muchos de los libreros asturianos tratan de ponerse a resguardo con esa alternativa. "El comercio 'online' sigue funcionando, pero no compensa porque no vendes lo suficiente", añadió.

La Asociación de Libreros de Asturias ha comenzado a negociar con editoriales y distribuidoras un aplazamiento de los pagos. Hay pocas más opciones en un sector que ha dejado, mayoritariamente, de tener ingresos por el cierre obligatorio previsto en el decreto de la cuarentena. "Estamos forzados a buscar fórmulas para ese aplazamiento; sólo alguna editorial, pocas, ha mostrado cierta reticencia", indicó el presidente.

Rafael Gutiérrez Testón hizo resaltar que casi todos los libreros "viven al día" e insistió, a renglón seguido, en que un cierre tan prolongado de sus negocios tendrá sin duda consecuencias. Y eso que muchas de las librerías están ahora en manos de personas aún jóvenes y con un gran sentido vocacional: "Pocos piensan ya en hacerse ricos con una librería, todo lo más en salir adelante; lo vivimos como una pasión".

El presidente de los libreros asturianos relató que en estos días está sintiendo, quizás más que nunca, el "cariño" de los lectores. Y aún dijo más: "Hay clientes que nos llaman y nos están encargando ya títulos para el día en que abramos nuestras puertas". Aun así, Rafael Gutiérrez Testón cree que el gran reto, cuando llegue esa fecha, estará en "volver a recuperar la confianza de la gente". Es decir, en el restablecimiento de los canales, usos y costumbres por los que seguimos entrando en las librerías.

La posibilidad de la compra online puede que reste clientes a los libreros. Es aún una incógnita. Y hay otro problema añadido, tal y como ha señalado estos días en las redes sociales el editor Javier Fórcola. Bajo el título "El verdadero coronavirus del libro y la cultura", denuncia "el carro del gratis total". Una referencia al aluvión de contenidos (incluidos numerosos libros) gratuitos o a precio de saldo que se ofrecen. Un debate que está abierto, con opiniones divergentes.

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