Cimadevilla es uno de los barrios más genuinos de Gijón. Sus calles y comercios forman un ecosistema donde los vecinos aún se saludan al verse. Esas costumbres no se han perdido durante el confinamiento. Los residentes se siguen dando los buenos días, pero sin salir de casa. Y lo hacen gracias a la iniciativa de Sergio Álvarez, el presidente de la asociación "Gigia", que todos los días retransmite por Facebook una breve sesión musical llamada "El balcón del vecín" con las peticiones de los habitantes de la zona. En el muro de esa publicación, los moradores de Cimadevilla se reencuentran y se dan ánimos para pasar la cuarentena. "Sirve para levantar el ánimo y no perder el contacto", explica Álvarez.

Las sesiones musicales son breves, apenas pequeñas píldoras de 15 minutos. Pero ya son todo un ritual. Comienzan cinco minutos antes de las ocho de la tarde, Álvarez caldea el ambiente previo al aplauso que Cimadevilla brinda diariamente a los sanitarios. Una vez finaliza el homenaje, arranca el concierto. "Tengo lista de espera, aún estoy poniendo las canciones que me pidieron a principio de semana", reconoce el dirigente vecinal. "Todos en el barrio nos tenemos en las redes sociales, así que se conecta mucha gente", repasa. "Se animan hasta personas que veranean en el barrio o que ahora residen en otro lugar de la ciudad", concreta Álvarez. "Es una manera de no perder el contacto con el resto", insiste.

No solo por redes, también en vivo y en directo, los vecinos de Cimadevilla dan la nota. La asociación "Gigia" posee un potente sistema de audio compuesto por un par de altavoces. Además de en redes sociales, la música que piden los vecinos suena en vivo y en directo por todo el barrio. "Hay gente a la que le hemos deseando un feliz cumpleaños con una canción", revela Álvarez sobre la curiosa iniciativa.

La alcaldesa, Ana González, destacó hace dos días que la música en los balcones, una medida muy popular para animar el confinamiento, solo está permitida hasta las diez de la noche. "Estas medidas sirven para no perder el contacto con los demás, pero me parece bien regularlas, porque si no se puede dar la lata a aquellos que trabajan", finaliza Sergio Álvarez, promotor de las píldoras musicales que animan Cimadevilla.