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BEATRIZ CEREZO ESTÉVEZ | Directora General de Servicios del Ayuntamiento | El impacto de la pandemia en la ciudad La gestión de la crisis

"Ahora más que nunca, los ciudadanos necesitan un Ayuntamiento que los acompañe y responda"

"Toda la plantilla municipal entiende que la situación es excepcional y difícil, y hay que arrimar el hombro"

Beatriz Cerezo, ante su ordenador, trabajando desde casa.

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Beatriz Cerezo Estévez conoce bien el Ayuntamiento de Gijón. Acumula 35 años como empleada municipal y experiencias de mando en las áreas de Juventud y Servicios Sociales. Cuando el pasado agosto fue nombrada directora general de Servicios no podía imaginar que de la noche al día tendría que reorganizar una “empresa” con más de 3.000 empleados al servicio de todos los gijoneses por culpa de una pandemia .

-¿Su mayor reto profesional?

-Si por lo que tiene de desconocido. Las decisiones se toman sin pisar terreno seguro e intentado adaptarse a una situación que ha ido cambiando muy rápidamente en los últimos veinte días.

-Y siempre pendiente de lo que digan los gobiernos central y autonómico...

-Claro, aunque en el ayuntamiento hemos ido un poco por delante. Desde el primer momento hubo el compromiso de adoptar todas las medidas posibles para, por una parte, preservar la salud de los empleados municipales y, por otra, mantener en funcionamiento los servicios. El Ayuntamiento no se puede parar. Los ciudadanos necesitan, ahora más que nunca, un ayuntamiento que les acompañe y les responda.

-¿Se ha logrado que el Ayuntamiento no se pare?

-Creo que si. Gijón ha sido pionero durante muchos años en administración electrónica y eso nos ha permitido partir en mejores condiciones que otros ayuntamientos a la hora de decidir que todo el mundo susceptible de hacerlo se pasase al teletrabajo. Nunca se había hecho, era abrir la puerta a que toda la organización que hace labores administrativas trabajase desde casa y, uff, pero las cosas funcionaron. Por esa buena situación de partida pero también porque la respuesta de toda la plantilla fue inmejorable. Todo el mundo fue consciente, y lo sigue siendo, de que es una situación excepcional y difícil y que todos, en la medida de sus posibilidades, tienen que arrimar el hombro. El objetivo de que el Ayuntamiento no se parara se consiguió.

-¿Cómo se consigue esa flexibilidad de actuación en un ámbito tan rígido como la administración pública?

-Toda la organización fue consciente de que las cosas no podían salir si todo el mundo no ponía algo de su parte. Y aceptando que nos podíamos equivocar porque era una situación absolutamente nueva y desconocida y no sabíamos como iba a funcionar. Con el esfuerzo y compromiso de todos estamos trabajando bien, a un ritmo razonable.

-No todos los servicios permiten el teletrabajo, ¿cómo se han organizado?

-Muchos servicios siguen siendo presenciales, no puede ser de otra manera. Los que presta Emulsa, Emtusa, algunos de la EMA... y son servicios esenciales que hay que seguir prestando. Aquí se están organizando turnos y adecuándose en todo momento a la situación. En la parte administrativa, en su amplia expresión, el 90% del personal está en teletrabajo. La organización tuvo que hacer el esfuerzo de pensar que tareas se podían hacer sin tener presencia en el puesto de trabajo y que entrasen dentro de las funciones de cada categoría. La adaptación está siendo compleja pero siempre se encuentran cosas que hacer. Esas cosas para las que nunca tienes tiempo porque te come el día a día. Pues ahora es el momento de hacerlas.

-¿Alguna primera enseñanza de cara al día después de la crisis?

-Esta situación ha servido, por ejemplo, para que sectores que eran reacios a la administración electrónica sean conscientes de que es un camino imparable. Hay que entrar por la administración electrónica sí o sí. Ya no podemos decir que esto no va conmigo.

-¿Alguna enseñanza más?

-Decía la Alcaldesa hace poco que el Ayuntamiento va a salir fortalecido de una experiencia así. Por una parte se redobla el sentimiento de pertenencia a una organización que es de todos y que tiene un objetivo muy claro, que es el servicio público, y por otro permite la reflexión sobre los procesos que estamos haciendo, como los estamos haciendo y de que manera se puede mejorar. Eso va a ser bueno para la organización. Los cambios que salgan de ahí ayudarán a que el ayuntamiento funcione mejor. Hay que ser positivo.

-¿Los empleados municipales que salen a la calle lo hacen seguros?

-Hemos intentado desde el primer momento que sea así, siendo conscientes de la dificultad de conseguir algunos de los equipos de protección. Se ha trabajado mucho en conseguir esos equipos y también en protocolos encaminados a prevenir cualquier situación de riesgo. Policías, bomberos, personas de Emulsa y Emtusa tienen que tener presencia en la calle, y algunos en situaciones más expuestas. Se han extremado medidas como el escalonamiento en la entrada al trabajo, la no concentración de muchas personas en espacios pequeños, guardar las distancias de seguridad... Muchos trabajos previstos no se han empezaron a realizar hasta no contar con los equipos y protocolos necesarios.

-Si esto se prolonga, ¿hay equipos suficientes?

-Trabajamos en varios frentes. Por un lado desde el servicio municipal de compras se trabaja con proveedores habituales del Ayuntamiento y por otro estamos colaborando con el Principado y la Federación de Concejos de cara a una compra centralizada. Es cierto que hay dificultades para conseguir determinados equipos pero desde el Ayuntamiento, y eso viene dado por la Alcaldesa de manera directa, se trabaja mucho para que todos los empleados municipales trabajen con seguridad.

-¿Qué servicios han dado más quebraderos de cabeza?

-Los servicios más complicados son los que mueven muchos trabajadores, prestan un servicio imprescindible e implican estar en la calle. Policía, limpieza y transporte han exigido continuos ajustes. También el aparato administrativo porque aunque muchos trámites ya se hacían de manera electrónica pasar a cero en atención presencial ha significado un esfuerzo de gestión muy grande.

-Las medidas sociales y económicas tomadas por el Ayuntamiento tendrán su coste económico. ¿Cual será la factura de las medidas organizativas y de personal?

-Está claro que, aunque sigamos funcionando, cuando esta situación finalice el pico de trabajo va a ser elevado. Es difícil evaluar que va a significar en costes económicos y de tiempo.

-¿Algún dato que avale el ritmo de trabajo?

-En condiciones normales, y en el trabajo administrativo, las conexiones al sistema rondaban las 700. Durante la primera semana la media fue de 550 a 580, no muy lejos de esa normalidad. En las dos primeras semanas de teletrabajo se han realizado 3.900 registros e iniciado 1.650 expedientes. Eso da idea de que, en absoluto, el Ayuntamiento está parado.

-¿Mucha incidencia de la enfermedad entre el personal municipal?

-En una plantilla de unas 3.000 personas hay cuatro positivos. Si hemos tenido muchas demandas de trabajadores con patologías previas que han tenido que quedarse en casa. Atender esa situación fue una de las primeras medidas que tomamos igual que, cuando se cerraron los colegios, abrir la posibilidad a los padres y madres que tuvieran que quedarse en casa cuidando a sus hijos.

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