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La Cruz Roja lidera la rehabilitación de mayores operados de cadera en España

La mitad de los pacientes del hospital gijonés recupera la autonomía en un mes l El 95% se puede sentar solo a las 24 horas de la cirugía

El geriatra Francisco Sánchez, en el Hospital de Cruz Roja. JULIÁN RUS

El registro nacional de cirugías por fracturas de cadera sitúa al Hospital de Cruz Roja de Gijón como uno de los más punteros del país. Según los últimos resultados, cribados hace apenas unas semanas, en 95% de los pacientes del centro se sientan en la cama del hospital a las 24 horas de la cirugía, mientras que la media nacional se sitúa todavía en el 64%. La mitad de los enfermos, además, es capaz de salir solo de casa (aunque sea con la ayuda de un bastón o un andador) al mes de ser intervenido, cuando lo habitual en el resto de hospital de España es que necesiten de un cuidador que lo acompañe. Según los responsables del servicio, el motivo central de estos buenos resultados es el enfoque médico impuesto en el hospital hace algo más de un año, que "centraliza" la atención a enfermos de edad avanzada desde el equipo de Geriatría con el apoyo de traumatólogos. "Lo normal en casi todos los hospitales es hacerlo al revés, y eso hace que te pierdas la visión global de enfermo que, en esencia, es geriátrico", completa el facultativo Francisco Sánchez.

El Registro Nacional de Fracturas de Cadera (RNFC) se lanzó en enero de 2017 por petición de los propios hospitales, que sentían conocer más bien poco de cuál era la evolución de sus pacientes una vez dados de alta. "Sabíamos más o menos cómo salían del hospital, pero no teníamos gran idea de si recuperaban parte de su calidad de vida o si acaban en residencias o con cuidados de acompañamientos de por vida", matiza Sánchez. Cruz Roja se incorporó al recurso hace tres años, casi cuando arrancó el proyecto, y desde entonces se han sumado en Asturias los hospitales Álvarez Buylla y Cabueñes, aunque este segundo es posible que se acabe desvinculando. "Los resultados hay que pillarlos con pinzas porque estamos metidos hospitales como este, que es pequeño, con grandes centros de referencia de Madrid, pero de momento los primeros datos ya nos indican que algo estamos haciendo bien", puntualiza Sánchez.

El centro gijonés destaca, sobre todo, en su programa de rehabilitación del paciente. Por protocolo, y salvo casos muy concretos, el hospital intenta que el operado se pueda sentar a las 24 horas y se levante a las 48. El primer apartado, aunque pueda sonar banal, resulta "vital" para la evolución a posteriori del enfermo, según Sánchez. "Responde un poco al cambio general de enfoque en pacientes de edad avanzada. Ya no solo nos interesa la operación, que obviamente importa, pero el foco se centra ya en la función. De poco sirve que la cirugía vaya perfecta si al final el paciente se queda postrado en la cama. La rehabilitación, que en Cruz Roja la tenemos integrada en la recuperación quirúrgica, es lo que más nos hace destaca", añade. En esas primeras 24 horas los facultativos también intentan retirar sondas y vías innecesarias.

Otro cambio de tendencia que se ha dejado ver en el registro es el porcentaje de operados, que en Cruz Roja ya alcanza (con cifras similares a la media regional) el 97% de los pacientes que se les deriva de Cabueñes. "Antes se operaba menos si veíamos que el paciente era ya muy mayor, pero nos dimos cuenta que no intervenir es condenarlo a pasar sus últimos meses de vida en cama y con muchos dolores; ahora solo se descartan casos muy concretos en lo que sabemos que la persona, ya en fase terminal, no va a sobrevivir al quirófano", concreta el geriatra.

En cuanto a deberes pendientes, Cruz Roja registra todavía una demora quirúrgica relativamente alta. La media nacional es de 66 horas y, en el centro gijonés, de 88. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el protocolo en el centro se tiene que sumar al de Cabueñes, que quien les deriva a los pacientes elegidos. "Tenemos que mejorar, pero logísticamente es complicado por tener que ponernos de acuerdo dos hospitales con tiempos de espera que, digamos, se duplican", expone Sánchez. En el área sanitaria V de Gijón, Cabueñes deriva a Cruz Roja alrededor del 60% de sus fracturas de cadera (se reserva las más graves, las que exijan cuidados intensivos y las que afecten a pacientes de menos de 65 años) entre el domingo y jueves de cada semana. Como datos generales, tres cuartas partes de los intervenidos son mujeres, la edad media es de 88 años y el 38% de los intervenidos presenta deterioro cognitivo. Son cifras casi exactas a la media nacional. El hospital registró el año pasado 185 ingresos por fracturas de cadera, su máximo histórico. En años anteriores se había quedado siempre por debajo de los 160. "Es a lo que nos dirigimos; la población está cada vez más envejecida", zanja el geriatra.

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