La conocida activista Mónica Terán, uno de los rostros más visibles del sector animalista en Gijón y toda Asturias, falleció esta mañana a los 54 años de edad tras una larga enfermedad que, según su entorno, "siempre llevó con fuerza y optimismo". Terán estaba en contacto con protectoras y asociaciones de toda la región y actuaba, gracias a su gran presencia en redes sociales, a impulsar manifestaciones a favor de los derechos de los animales en todo el país. "En la última manifestación antitaurina, cuando ya estaba muy malita, se vino a protestar con nosotras como una campeona. Se sentaba a veces a descansar, pero defendió sus ideas hasta el final", defienden desde el colectivo Anadel, uno de los que más estrecha relación tenía con la fallecida.

Terán era poco menos que un icono del activismo animalista en redes sociales. Su perfil, desde esta mañana, acumula ya más de medio centenar de mensajes de amantes de los animales de toda la región que, a causa del confinamiento, no tienen otra forma de despedirse. La propia activista compartió casi desde el primer momento la evolución de su enfermedad en sus redes sociales. "Siempre nos mantenía informados y siempre peleó con una sonrisa. La última vez que fui a verla al hospital me pidió en broma que le llevase una hamburguesa vegana. De verdad, era increíble, la quería todo el mundo", relata la también animalista Fernanda Blanco.

Buena parte de los mensajes de despedida de sus amigos y conocidos (que llevaban días preguntándole por su estado y cada vez más preocupados por no recibir respuesta) hacen referencia a Naret, la perra con la que siempre salía posando en fotos la fallecida y de la nunca parecía separarse. "La perrita se había muerto hace poco, pero era su gran amor. La llevaba tatuada en el pecho. En las últimas semanas ya había buscado también hogar para otras mascotas que ella tenía, cuando empezó a ver que estaba mal y que no podía cuidarlos bien. Su dedicación era absoluta; se llevaba bien con todo el mundo", explica Blanco.