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Los bibliófilos se instalan en la red

Las librerías organizan sorteos y ventas a ciegas en redes sociales y piden un acuerdo con las bibliotecas públicas

Venta de libros "a ciegas", reservas de ejemplares por adelantado y sorteos en redes sociales. Los libreros de la ciudad, resignados ya a no disfrutar de este 23 de abril, Día del Libro, se han volcado en las ventajas de internet para intentar, al menos, salvar los muebles. "Ahora más que nunca nos estamos dando cuenta de que este mundillo es muy de lealtades. Los clientes nos siguen reservando libros y los distribuidores solo nos ponen facilidades", agradece Oriol Díez, de La Revoltosa.

La estrategia de Díez hoy será una cita a ciegas entre sus libros y sus clientes. Publicará en redes una treintena de ejemplares forrados, ocultando el título, y sus compradores solo tendrán como pista tres palabras que definan cada libro. Mónica Iglesias, de La Habitación Propia, tiene previsto realizar a las 20.00 horas un sorteo en redes sociales de un ejemplar de "Las mujeres mandasen", que recopila relatos de autoras conocidas, y una agenda. Iglesias también tramita desde redes la gestión de reservas y permite pagos adelantados de su clientela más fiel. Según Rafael Gutiérrez, de La Buena Letra, estos compradores "de siempre" son los que están salvándoles de la crisis. "Nos llaman para darnos ánimos y eso no se paga. A nivel anímico nos sentimos muy arropados", asegura.

Entre tanto, Miguel Barrero, responsable de la Fundación Municipal de Cultura, adelanta que intentará encontrar "un resquicio" en la ley de contratos nacional para que, tras el confinamiento, Gijón pueda llegar a un acuerdo de compra que refuerce la compra local: "Queremos que las bibliotecas puedan comprar el librerías próximas. Mientras, ya estamos pensando en algún tipo de evento que pueda animar a comprar cuando todo vuelva a la normalidad".

Ahora bien, cuando todo esto pase, ¿qué nuevas lecturas podrían engrosar las bibliotecas? Ana González, alcaldesa de Gijón, explicó ayer a este diario que estos días está aprovechando para releer "Un viejo que leía novelas de amor", del fallecido Luis Sepúlveda. "Si tuviese que recomendar un libro, sería ese. Tras la muerte de Sepúlveda me di cuenta de que hacía mucho que no leía nada suyo y decidí volver a leer el primer libro que leí de él. Me fascinó. Es un libro escrito con un lirismo y una fuerza emocional impresionante. Habla del amor, de un personaje, un viejo, que aprende amar a la selva. En esta novela el amor es un eje que une la naturaleza con el ser humano y pone en valor lo que es verdaderamente esencial", asegura.

El edil de Educación, Alberto Ferrao, añade que días como hoy son especialmente ventajosos para inculcar la lectura de los más pequeños, y que las administraciones deben adaptarse a ellos para potenciar ese vínculo. "Son cosas tan simples como poner los libros infantiles en estanterías bajas en las bibliotecas para que los niños puedan alcanzarlos", explica. Él, si tuviese que nombrar dos libros de su infancia y juventud que le hayan dejado huella, diría "La historia interminable" y "Momo". El primero, asegura, sigue en su casa: "Conseguí salvar ese ejemplar y le sigo teniendo mucho cariño".

En el ámbito deportivo, Nacho Cases, exjugador del Sporting (ahora juega en el Volos de la Primera División de Grecia), recomienda a Padura y su conocida "El hombre que amaba a los perros". Es un lector voraz (varios libreros de la ciudad lo citan como uno de sus principales clientes), y ahora mismo está terminando de leer "La trampa de la diversidad" de Daniel Bernabé. En cuanto pase el confinamiento, asegura, pretende hacerse con un manual de la UNED llamado "Geopolítica, claves para entender un mundo cambiante", porque se lo recomendó un amigo.

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