El confinamiento se ha convertido en el hogar de los Madrigal en todo un "show", que los sábados organizan una completa pasarela de disfraces que mantiene en vilo a sus muchos seguidores. "Hay que tomárselo con humor, pero sobre todo hay que entretener a los pequeños", explica Irene Corbato, la matriarca de todo un clan de artistas. En su piso de La Arena sobra la imaginación y la creatividad, y como las horas en casa se hacen largas, la familia en pleno se ha lanzado a "hacer un poco de espectáculo", porque "siempre hemos sido muy animados, nos gusta divertirnos y mi marido siempre está haciendo gracias", señala entre risas. El marido es Richard Madrigal, y sus dos pequeños secuaces son Germán, de 9 años, y Martín, de 5, que en cuanto se huelen fiesta se suman gustosos a animar el cotarro.
Cuando un vecino del bloque empezó a animar los vermús de los sábados, con música y propuestas de canciones, enseguida empezó a surgir la idea de poder hacer fiestas temáticas. Los Madrigal ni se lo pensaron: "Ya nos hemos vestido de ibicencos, de cocineros para la fiesta de Antroxu, y este fin de semana toca fiesta musical de los años 60". Cualquier cosa sirve, porque de lo que se trata es de echarle imaginación y de llevar el encierro lo mejor posible. "Para Carnaval nos habíamos vestido de chefs así que lo reutilizamos, y lo demás, con cosas que hay por casa", señalan.
Sus fotos han hecho furor en los grupos de Whatsapp con amigos de la pandilla y familiares, pero lo que más fama les ha dado son los vídeos. "Con los niños llevamos una rutina estricta a diario: nos levantamos a las siete y media, nos vestimos para ir al cole, nada de pijamas, y a las nueve cada uno ya está en su puesto, teletrabajando y con las tareas del cole hasta las dos, así que las tardes son más lúdicas y decidimos hacer algún vídeo para hacer reír a la familia", cuenta Irene.
Tienen "hits" como ET, unos sanfermines caseros, una parodia de los Juegos Olímpicos en versión casera, sesiones de magia y hasta una canción vestidos de Lacasitos para recordar a todos: "Quédate en casita". Los vídeos, casi una docena y en los que participan los cuatro, han corrido como la pólvora de móvil en móvil y ahora el respetable empieza incluso a hacer peticiones a la familia. "Hemos tenido que bajar el ritmo, aunque apenas duran un minuto son laboriosos y hay que preparar muchas cosas", reconoce la mamá artista, porque "solo son una diversión y tenemos que trabajar", bromea. El mundo del arte, que se les ha colado por el teléfono.