El Real Grupo de Cultura Covadonga planteará en una asamblea, una vez que finalice la crisis sanitaria por el COVID-19, una serie de "medidas compensatorias" para los socios con las que "agradecer su compromiso y fidelidad" durante el periodo de cuarentena, en el que los abonados se ven obligados a seguir pagando sus cuotas, aun cuando la entidad sigue cerrada al público. Así lo anunció ayer la entidad en un comunicado enviado a los socios, donde también abre la puerta a una posible "reelaboración" del presupuesto para "mantener el objetivo de equilibrio", en el que los ingresos sean iguales a los gastos y las amortizaciones.

Desde la entidad se descarta por el momento desvelar cuáles son las medidas compensatorias concretas que se plantearán en la asamblea, asegurando que "todo va a depender de la situación económica que tenga el club cuando pase este periodo de confinamiento". "Somos conscientes de lo que cuesta abonar una cuota sin poder disfrutar de las instalaciones", remarcan, aunque dejando claro que estas compensaciones se realizarán "con los pies en el suelo".

En este sentido, cabe destacar que los trabajadores de la entidad han renunciado al complemento que les correspondía por convenio para este mes de mayo y cuya cuantía total asciende a 30.000 euros, que el club no tendrá que desembolsar. Además, desde la entidad se celebra que el mes de abril fue "el que menos devoluciones" de los recibos de las cuotas han tenido.

No obstante, sí que se entiende que la situación de las arcas de la institución no será muy boyante, ya que los únicos ingresos con los que cuenta el club en la actualidad son los referentes a las cuotas. No se ingresan, al estar cerradas las instalaciones, ni el dinero de los cursillos ni del alquiler de espacios, por ejemplo. Sin embargo, sí que se sigue realizando el mantenimiento. A estos gastos se suma también el complemento que está abonando el club a los trabajadores para que no pierdan poder adquisitivo tras el ERTE realizado.

Con todo, como remarca el comunicado, "el club mantiene su actividad para conservar su enorme patrimonio en las mejores condiciones para que, cuando la situación se normalice y los socios puedan retornar, vuelvan a encontrarse el mejor servicio". Así, a las obras de colocación de la barrera de control de accesos se suman también las labores de mantenimiento en la sede de Mareo, así como en la finca de La Torriente, con la intención de que estos dos espacios "sean los primeros en abrir cuando las condiciones así lo aconsejen". Del mismo modo, "se han programado numerosas actividades online" para poder seguir manteniendo la atención al socio, aunque sea de forma telemática, durante el confinamiento.