El gobierno local se comprometió ayer a estudiar la posibilidad de flexibilizar los criterios para la colocación de terrazas hosteleras en la ciudad, abriendo la puerta a una posible ampliación de estos espacios o, incluso, a modificar la normativa para que quienes no cuenten con esta instalación puedan ahora hacerlo. Así lo informó la alcaldesa, Ana González, a los miembros de la patronal hostelera en una reunión mantenida durante el día de ayer. "Los técnicos del Ayuntamiento están ya trabajando en ello", desvelaron ayer desde Otea.

Esta era una de las propuestas planteadas por la patronal de cara a la futura apertura de los locales hosteleros en la región. Serían, en todo caso, unas medidas tomadas "en una situación de excepción", no unas normas que se mantengan en el tiempo una vez superada esta crisis sanitaria. Otea también puso sobre la mesa la posibilidad de realizar conciertos de pequeño formato en las terrazas hosteleras de la ciudad, una medida que también será estudiada.

Además, el Consistorio prometió realizar "un esfuerzo considerable" para poder suprimir todas las tasas municipales que gravan la hostelería, como las de basuras, alcantarillado, agua o la propia de las terrazas. Todo para "ayudar en todo lo posible" a la vuelta a la normalidad de la hostelería cuanto antes, dejando claro su "compromiso claro" con el sector. Del mismo modo, el equipo de gobierno local, junto con la patronal hostelera, está trabajando en "activar el ingenio para salvar el verano" y evitar así que el sector terciario pierda la temporada estival, de suma importancia para los servicios.

Estas medidas, de llevarse finalmente a cabo, son muy aplaudidas por los hosteleros de la ciudad, que remarcan que "debemos soportar esta carga entre todos". Así lo asegura Pilar Carrizosa, de La Casa Pompeyana, que cuenta con una gran terraza. "Ya que parece que se va a disminuir en gran medida el aforo de los locales, qué menos que dejarnos ampliar la terraza", explica la hostelera, que entiende que "esta sería la única forma de compensar las pérdidas" por la disminución del número de clientes a los que podrán atender. "Si tenemos que cumplir con nuestra parte, ellos también", enfatiza Carrizosa, que entiende que estas medidas "redundan en el beneficio de todos" al volver a activarse la economía. La hostelera solicita que una parte del "dinero que se ahorra el Ayuntamiento al no poder hacer grandes eventos en verano" se destine a ayudas a la hostelería.

"La mayoría de locales son pequeños y no pueden funcionar solo con el aforo reducido", asevera Gianina Pirvu, de la vinatería La Bohème, en el barrio del Carmen. "Con un aforo máximo del 50 por ciento de la capacidad actual, no nos da ni para cubrir los costes fijos", advierte, por lo que pide a la Administración "que ponga también de su parte".

"Encantado" estaría Roberto Mora si le dejasen poner una pequeña terraza en su local de la calle Adaro, La Finita. Con las restricciones actuales para la colocación de estas instalaciones le es imposible. Pero si además tiene que reducir el aforo de su pequeño local para cumplir con la distancia de seguridad requerida, la cosa se complica aún más. "Poder poner una mesa fuera o un banco con una barra es lo único que me podría salvar un poco el tipo", explica Mora. De no ser así, "me hunden", explicita.