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El acusado del crimen de Lloreda quedó en libertad provisional por falta de pruebas en su contra

El relato de la única testigo, pareja de la víctima, resulta insuficiente para retener en prisión al procesado, que ahora tiene una orden de alejamiento

El acusado del crimen de Lloreda quedó en libertad provisional por falta de pruebas en su contra

El único acusado por el brutal crimen de Lloreda, Alberto Aguirre, que desde hace días logró la libertad provisional a la espera de juicio, regresó ayer al Palacio de Justicia, acompañado por la Guardia Civil pero de forma voluntaria, para notificarle verbalmente que existe una orden de alejamiento en vigor que le prohíbe aproximarse a menos de 500 metros de la vivienda donde se produjo la muerte violenta de Jorge Aquilino Llamedo, tal como había estado haciendo en los últimos días desde que abandonó el centro penitenciario de Teixeiro, en La Coruña, en el que cumplía prisión preventiva por este caso. Esa medida cautelar, que de incumplirla supondría su inmediato arresto, incluye el mismo alejamiento para la excompañera sentimental de la víctima, que se encontraba en la casa la madrugada del crimen y que le señaló a él como responsable de lo ocurrido, así como la retirada de su pasaporte.

La versión de esta mujer, que hace ya unos meses que regresó a Rumanía, su país natal, es la principal prueba de cargo contra Alberto Aguirre, que desde el primer momento negó la autoría del crimen. La compañera sentimental de la víctima, con la que convivía en la desvencijada e insalubre casa de Lloreda, fue testigo de lo ocurrido aquella madrugada del 31 de octubre del pasado año. Según declaró entonces, se escondió bajo la cama cuando comenzó a escuchar gritos entre Llamedo y Aguirre, que se habían conocido durante su estancia en prisión -el primero por tráfico de animales y el otro por matar a un mendigo en Bilbao en 1999- y que, tras recuperar la libertad, el fallecido había acogido en su casa al ahora acusado. Según parece, una discusión por temas económicos motivó que Aguirre la emprendiese supuestamente a golpes contra Llamedo, que sufrió multitud de hematomas por todo el cuerpo -a excepción de la cabeza- que le provocaron la muerte.

Con la llegada de los investigadores (primero llegó la Policía Nacional y luego, por zona, se hizo cargo la Guardia Civil) se le tomó declaración y desde el primer momento señaló a Alberto Aguirre como responsable del crimen. Apenas unas horas después, ya estaba detenido. Eso sí, negó ser el responsable de lo ocurrido. Pese a esa declaración, se decretó su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza a petición de la Fiscalía. Aguirre permanecía privado de libertad hasta que su defensa solicitó su excarcelación, una propuesta a la que esta vez el fiscal no se opuso. ¿Qué cambió en estos seis meses? Es la versión de uno frente a la de la otra.

El testimonio de la compañera sentimental de Jorge Aquilino Llamedo, muy conocido en las parroquias de Porceyo y Tremañes, es la principal prueba en este procedimiento contra Alberto Aguirre. Pese a ser su pareja, la mujer no ejerce la acusación particular. De hecho, al pasar la propiedad de la casa a los herederos del fallecido optó por abandonar el país y regresar a Rumanía. No obstante, queda su testimonio en el Juzgado de instrucción 5, donde señala al acusado como responsable del crimen.

Más diligencias

Más diligenciasLa investigación judicial, según ha podido saber este periódico, continúa en marcha y a la espera de más pruebas en forma de análisis e informes que permitan o bien certificar la autoría o bien abrir otras líneas de actuación. Y todo ello pensando en un posible juicio por jurado popular, donde se debe acreditar la responsabilidad del acusado para lograr un veredicto condenatorio. Cabe recordar que Aguirre, tal y como la propia testigo confirmó, llevaba tiempo viviendo en aquella casa después de salir de la cárcel, por lo que es normal que se encontrasen en la vivienda restos de ADN y huellas. Este trágico suceso, cuyo esclarecimiento parecía encaminado, se torna más complicado para los investigadores.

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