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Los menores podrán jugar con la arena en las playas pese a varias denuncias vecinales

Las radios policiales "echan humo" con avisos de incumplimientos, principalmente corrillos en la calle, mayores en los bancos y familias en los arenales

Un agente habla con una mujer y dos niños en San Lorenzo. JULIÁN RUS

La salida masiva de los gijoneses el pasado fin de semana después de casi dos meses de confinamiento generó grandes aglomeraciones en distintos puntos de la ciudad, especialmente en el paseo del Muro, con ciclistas, corredores, paseantes y mascotas con sus dueños. Había muchas ganas de salir, pero también confusión sobre si esto o aquello estaba permitido, en gran parte por culpa de los mensajes cruzados entre las administraciones. Acciones que se permitían el viernes por la mañana se vetaban horas después, como coger el coche para ir a hacer deporte, o volvía a permitirse al día siguiente, como hacer deporte con tu mascota. "¿Vosotros estáis multando?". Esas dudas llegaron hasta los tres cuerpos policiales de la ciudad, que hasta llegaron a aplicar criterios distintos durante varias horas. Ante esa confusión, su labor fue informativa -"salvo casos flagrantes", matizan- durante el primer día, pero ahora llevan dos jornadas dejando "recetas" a los incumplidores. Que no son pocos.

Uno de los principales conflictos fue el de hacer deporte con el perro. "Que sí, que sí, que lo dijo la Alcaldesa", respondió un vecino de la zona rural a la Guardia Civil. La última directriz de la Delegación del Gobierno en Asturias, del viernes tarde, lo prohibía, pero el criterio cambió el sábado y hasta que el mensaje llegó a todos los agentes en las calles hubo muchos dueños que fueron sancionados.

Esa labor divulgativa fue a menos. De hecho, se pasó de las 79 personas sancionadas el sábado a las 123 del domingo. El lunes, bajó de nuevo a las 77 multas, ya más concienciada la ciudadanía tras los tumultos iniciales. ¿Cuáles son esas infracciones? Miembros de la misma familia, parejas o amigos que viven separados y aprovechan las franjas horarias para verse, sin respetar la distancia.

A más gente en las calles, más llamadas a la Policía. Todos coinciden en que la delación de unos a otros es continúa y las radios hay momentos en los que "echan humo". "Hay alguien bañándose en la playa", "Dos señoras mayores están hablando sentadas en un banco", "Se ha formado un corrillo en la calle y llevan un buen rato" son solo algunos ejemplos de los avisos. Las quejas por ruidos también están al alza y son muchos los que llaman para denunciar las canciones de sus vecinos, como ocurrió el pasado domingo en Cimadevilla durante el "vermutín" que censuró la Policía Local.

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Inicio de la desescalada en Gijón

Las labores policiales por el estado de alarma se juntan ahora con los delitos típicos. Si bien han caído exponencialmente los robos, se mantienen otro tipo de incidencias como los malos tratos en el ámbito familiar, el tráfico de drogas -muchos gijoneses se han saltado el confinamiento desde marzo para vender y comprar droga (el último de ellos el domingo, sorprendido con 16 gramos de cocaína)- y los llamados auxilios humanitarios, que atienden desde accidentes domésticos a suicidios. También se encuentran estos días con muchos lesionados por calambres o esguinces al hacer deporte de forma intensa tras tantos días de confinamiento.

Prohibido sentarse

Prohibido sentarseUna de las problemáticas que más han denunciado los vecinos estos días es la presencia de menores jugando en los arenales urbanos de Gijón. La alcaldesa, la socialista Ana González, puso ayer certidumbre a si los niños pueden realizar castillos de arena o no durante sus paseos. "¿Cómo no van a jugar? ¿Para qué están nuestras playas? Es lógico que se siente con el cubo, porque la arena está para jugar, manteniendo las distancias y medidas de seguridad", zanjó en su discurso de ayer a los ciudadanos.

Lo que no se permite es que los paseantes, independientemente de su edad, puedan sentarse en los bancos de la calle. Ni para coger fuerzas, pese a la petición reciente del grupo municipal de Ciudadanos de desprecintar el mobiliario público pensando en las personas mayores. "Son un foco de contagio", apuntaron entonces desde el Ayuntamiento. Dada la edad de los usuarios, con problemas de movilidad por la edad, existe una mayor laxitud.

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