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La música se crece en la red

Las cantantes profesionales gijonesas, estrellas en los balcones, lamentan que la temporada "está perdida", pero ganan seguidores en internet deseosos de animar la soledad

Mina Longo, en su balcón durante una actuación. JULIÁN RUS

Malos tiempos para las artistas. Con las fiestas de "prau" suspendidas y las celebraciones como bodas, comidas familiares o de empresas atrasadas en el mejor de los casos para cuando vengan meses mejores, varias de las cantantes más conocidas del panorama musical gijonés dan por perdida la campaña de este año, justo cuando "había más movimiento que en ocasiones anteriores". "Es una verdadera lástima", coinciden las cantantes, que por contra suman en redes sociales miles de seguidores al verse obligadas a reinventarse para no perder el contacto con sus fans.

Mina Longo explica cómo desde marzo y abril tenía todo el calendario "cubierto de actuaciones", "bolos" que se han ido cayendo uno tras otro con el estado de alarma y que ahora "ni siquiera se sabe si se podrán hacer aunque sea más adelante". En su caso, además de una amplia variedad de romerías en Asturias también tenía previstas varias actuaciones en Cantabria, que "de momento se han pasado a octubre". "Si se aplazan al menos no se pierde todo. Pero el tiempo que va a pasar hasta entonces sí que es perdido", lamenta la cantante, con "ingresos cero" y con una gran incertidumbre de cara al futuro. "No se sabe lo que va a pasar, estamos muy desinformados y no sabemos cómo puede ir la cosa si empieza a haber más contagios", afirma, porque "según mi opinión personal, vamos demasiado rápido".

Y aunque fuera posible hacer alguna fiesta a finales de verano, "todo lo potente ya está anulado, y hacer una actuación en la que se llene el aforo parece imposible", recalca Longo. El que no decae es el aforo virtual, que estos días se ha convertido en la mejor forma de estar en contacto con los seguidores. La necesidad obliga a buscar soluciones alternativas, y "ahora salgo a cantar para mis vecinos de Contrueces y Nuevo Roces en el balcón, hago directos por el Facebook de hora y media con más de mil personas siguiéndome en directo y un acumulado de más de 34.000 visualizaciones". "La gente me escribe y me pide canciones, hay muchas personas mayores viviendo solas que están esperando la actuación y eso llena mucho", cuenta. Una nueva forma de ser artista que se ha convertido en toda una lección de ayuda y optimismo al filo de las ocho de la tarde y en la sesión vermú del domingo.

La camerunesa Cynthia Zebaze, afincada desde hace años en Gijón y conocida como "Samia", también ha encontrado en internet una vía de escape para hacer directos, desde su Facebook, donde canta "cuando me llega la inspiración". Para ella la temporada también se ha terminado, con "todos los eventos cancelados de momento". Porque por poder, no puede ni cantar en funerales, uno de los servicios que también prestaba. "La situación es muy difícil, la gente tiene miedo y no sabemos cuándo volverán las actuaciones; no tengo absolutamente ninguna", confiesa. Y a ello se añade que otro de sus proyectos, la participación en un programa de talentos de la TPA en el que había conseguido llegar a las finales "también ha quedado en suspenso por el coronavirus". Así que de momento mata el tiempo con la vista puesta en "el año que viene, esperemos que pase pronto todo esto".

Es el deseo que también comparte Tere Rojo, quien se confiesa "jorobada" porque "el 80 por ciento de las actuaciones se ha suspendido", y en su caso actúa como solista, con dúo y trío, y la pérdida es aún mayor. "Las fiestas grandes imposible, como solista a lo mejor más adelante sale algo, depende de las circunstancias, pero es muy complicado", pronostica, aún con "un pelín de esperanza", aunque sea para actuar "en sitios pequeños".

Pero la incertidumbre "es muy grande", con todas las fechas ocupadas antes del estado de alarma y ahora todo en el aire. Incluso el proyecto "Toda una vida", con una gira por teatros de la región que ha quedado en suspenso y "un año bastante bueno en general". Como sus compañeras, Rojo sube casi a diario una canción a sus redes sociales, alguna actuación grabada con la orquesta y una sección diaria tras los aplausos de las ocho de la tarde en su Facebook en la que "recuperamos canciones de hace años y atendemos peticiones de la gente; hay muchos que viven solos y están esperando la actuación porque les hace mucha compañía", explica.

Mercedes Ben Salah también actúa para los vecinos en su terraza, y casi a diario actúa en Facebook con tan buena acogida que "la red se cae, porque la gente es increíble. Me dan mucho ánimo". Un alivio para una temporada truncada, en la que la gijonesa también empezaba a grabar nuevo disco recopilatorio con alguna canción inédita de Edgar Oliveros.

"La gente tiene miedo e incertidumbre, porque nadie sabe cómo va a evolucionar esto y prefieren no arriesgar aplazando las actuaciones", indica, con fiestas privadas y de "prau" en Asturias, Galicia y Cantabria que nadie sabe cuándo ni cómo se podrán celebrar. Mientras tanto, y aunque los beneficios no sean económicos, Ben Salah pone al mal tiempo buena cara y ayuda "haciendo lo que sé hacer: cantar".

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