Los libreros asturianos han optado por mantener mayoritariamente las puertas de sus establecimientos cerradas a la espera de un protocolo, con reglas claras, para atender a los clientes. De las 110 librerías que hay en el Principado, el 70 por ciento han optado por no abrir, aun cuando podían hacerlo desde el pasado lunes. Así está previsto en la llamada "fase 0" de la desescalada incluida en el estado de alarma por la pandemia del covid-19
Su presidente, Rafael Gutiérrez Testón, está dentro del 30 por ciento que ha optado por abrir. Y lo ha hecho, tal y como contempla la normativa específica, con el sistema de cita previa. No le ha ido del todo mal: cuarenta peticiones. Pero la situación está aún lejos de la que ansía el sector, colmado de libreros vocacionales que aman su profesión. "Sólo despachamos; te encargan el libro por teléfono y lo servimos", explica. Está convencido de que la actividad volverá a partir lunes 11, una vez que se detallen y hagan públicas las medidas de atención al cliente para la nueva fase de esa desescalada.
"Lo que hay ahora es todo bastante provisional, a la espera de que la gente pueda moverse con un poco más de libertad", indica el librero de La Buena Letra. Y añade: "Lo de ahora es una manera de quitarse el mono para aquellos que tenían ganas de comprar algún libro, pero el sector está aún muy parado; las editoriales y los distribuidores no están sirviendo novedades".
El presidente de los libreros espera que "los agentes de la cadena" (editoriales, distribuidores y librerías" se "pongan en marcha" a partir del próximo lunes, al menos en Asturias. Han podido, mientras se va recuperando la normalidad, mantener como un alivio económico los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
