La asamblea local de Cruz Roja atendió el año pasado a 11.752 gijoneses. La entidad, pese a que en su balance general registra un descenso de actividad notable respecto a 2018 (con 1.500 atendidos y 30.000 intervenciones más), saldó el último año con un aumento de las llamadas de ayuda por parte de los más vulnerables, destacando el número de familias que se acogen a los programas de reparto de comida y kits de ahorro energético y las víctimas de violencia de género que piden un servicio de teleasistencia. El grupo, que celebró ayer una jornada virtual de puertas abiertas retransmitida en sus redes sociales, advierte de que el balance del año en curso apunta a un crecimiento general de la actividad por la pandemia de coronavirus. Solo en lo que va de año ya se han atendido a más de 5.000 personas, pese al parón de la atención presencial de las últimas semanas.

La entidad, pese al descenso de demanda, realizó casi 78.000 intervenciones a lo largo del año pasado y mantuvo a sus más de 700 voluntarios. Desde hace tiempo el grupo divide sus programas por sectores, con proyectos diferenciados de infancia, atención de personas mayores, asistencia a familias en situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión y los planes de empleo y reinserción para inmigrantes. Todos los apartados, en mayor o menor medida, han ido a la baja, pero los números se compensaron con la puesta en marcha de proyectos nuevos.

El que mejor parece estar funcionando es el destinado a la teleasistencia y el acompañamiento e personas mayores hospitalizadas. El primer apartado copa un buen grueso de la actividad del grupo: se hicieron casi 50.000 intervenciones en 2019. El segundo, se amplió justo al inicio del año. Hasta entonces eran los médicos del Hospital de Cruz Roja los que alertaban a la asamblea de algún paciente mayor que no recibía visitas, pero desde diciembre de 2018 se decidió que fuesen los voluntarios los que visitasen de una en una todas las habitaciones. Este servicio de acompañamiento, que se traduce tanto en visitas al hospital como al propio domicilio tras recibir el alta, sumó varias decenas de atendidos más, con 395 visitas a la habitación y 38 en el domicilio. También aumentaron en más de 200 las personas adscritas al programa de atención de personas en proceso de envejecimiento (ya pasan del medio millar) y se mantuvieron estables los 4.000 que precisan teleasistencia.

Preocupa más el programa de ayudas a personas vulnerables, con 5.716 atendidos el año pasado. Son casi 300 más que en 2018. Actualmente casi un millar de familias solicitan el paquete de alimentos del Fondo de ayuda Europea para los más desfavorecidos (FEAD), 154 participaron en el proyecto de apoyo al pago del alquiler y 190 pidieron un kit de ahorro energético. En este mismo apartado se incluye la teleasistencia a mujeres víctimas de violencia de género, con 241 atendidas el año pasado, una treintena más que en 2018.

En la jornada virtual de ayer, la entidad publicó durante todo el día ponencias sobre agresiones machistas durante el estado de alarma, la importancia de mantener una dieta sana antes y después del encierro y consejos sobre actividad física. También se presentó un plan de empleo a nivel nacional para ayudar a aquellos que hayan perdido su trabajo por la pandemia.